Buscan crear holding tecnológico

La agrupación ofrecería equipos que ayudarán a reducir los costos en la generación de electricidad.

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Instituto Tecnológico de Cancún participa para formar un consorcio. (Israel Leal/SIPSE)
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Esmeralda Espinoza/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- El Instituto Tecnológico de Cancún (ITC), en conjunto con tres instituciones mexicanas apoyadas por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y dos universidades brasileñas, buscan formar un consorcio que ofrezca equipos tecnológicos que ayudarán a reducir los costos en la generación de electricidad para dispositivos de tecnologías emergentes, tales como las celdas de combustible que suplan al combustible convencional por hidrógeno y oxígeno. 

Beatriz Escobar Morales, investigadora de tiempo completo del laboratorio de Energía y Medio Ambiente del ITC y una de las precursoras del proyecto denominado “Nanotecnología Aplicada- Ensambles- Membrana y Electrodos para celdas de combustible mejoradas”, explicó que el Instituto de Investigaciones Eléctricas (IIE) es el que lidera el proyecto que empezó a ser planteado en el 2012, sin embargo se concretó a finales del año pasado con el apoyo de la “Universidade do Extremo Sul Catarinense” (Unesc) y la Universidade Federal de Santa Catarina (UFSC), ambas instituciones localizadas en Brasil. 

A ellas se suman el Instituto Tecnológico de Cancún (ITC); el Centro de Investigación en Materiales Avanzados (Cimav) y el Centro de Nanoestructuras y Nanotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). 

Al ser un proyecto binacional, han pasado por varios convenios entre las instituciones brasileñas y mexicanas para dar seriedad a los objetivos planteados. 

Expuso que la nanotecnología ha sido introducida en diferentes aplicaciones, principalmente del sector energético y de salud para el desarrollo de nuevos materiales componentes de sistemas. Una aplicación muy relevante en la actualidad es la asociada a su uso en la generación de electricidad en dispositivos que transforman directamente la energía de un combustible (típicamente hidrógeno) en electricidad con eficiencias mucho más altas que tecnologías convencionales. 

Cuando las celdas de combustible usan hidrógeno como combustible, sus emisiones son únicamente agua, lo que les confiere un aspecto de tecnología limpia, especialmente si el hidrógeno ha sido generado de manera sustentable. 

Estas características hacen que en la actualidad exista un gran interés sobre esta tecnología. Sin embargo, su explotación comercial aún no se da de manera amplia debido a dos aspectos relevantes: la durabilidad y su costo. 

Estos dos aspectos significan la oportunidad de participación de desarrolladores tales como organizaciones y empresas dedicadas a la ciencia e ingeniería, ya que pueden participar mediante diversas propuestas, tales como nuevos catalizadores, nuevos electrolitos para las celdas o nuevos conceptos de operación, como es el caso de propuestas que aprovechen nanoestructuras para mejorar el desempeño de las celdas de combustible.

Estas fueron las razones por las cuales el Conacyt decidió apoyar el proyecto binacional con un subsidio de tres millones 97 mil pesos que serán aplicados en los experimentos que realizan los investigadores en un máximo de tres años con tal de que la propuesta mexico-brasileña sea de las predilectas a nivel mundial para empezar a ser aplicadas en los vehículos híbridos que trabajan con hidrógeno, que es un buen candidato para suplir parcialmente el uso de la gasolina. 

El proyecto está en su primera etapa y cada institución realiza una parte de los componentes de una celda para formar el prototipo final; el ITC se encarga de la síntesis de materiales nanoestructurados en soporte para que sean utilizados como catalizadores en una celda de combustible de las que tienen un mínimo de vehículos eléctricos, pero el fin es que sean con costos más bajos y de mayor durabilidad. 

“Estas celdas de combustible tienen un gran impacto social pues ofrecen un medio ambiente más limpio y por lo tanto más saludable para nuestra sociedad, adicionalmente esta tecnología ofrece la oportunidad de construir sistemas de carácter sustentable al ser el hidrógeno un combustible posible de extraer de varias fuentes de insumos y de energía renovable”, indicó Ismael Verde Gómez, jefe del Laboratorio de Energías Renovables del ITC. 

Este proyecto es hasta el momento el único en su tipo financiado por el Conacyt ya que en México no hay aplicaciones tangibles de este tipo a diferencia de países Europeos que se han apropiado de este tipo de tecnologías.

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