Más allá de la indignación

Si no quieren tener algo muy grave que lamentar, los más que desagradables sucesos...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Si no quieren tener algo muy grave que lamentar, los más que desagradables sucesos entre estudiantes de bachillerato en una población medio rural y medio urbana del norte de Quintana Roo no deben pasar desapercibidos para las autoridades, por más que sus consecuencias acaben resultando en apariencia menor.

Desde luego que no es justificable desde ningún punto de vista la salvaje agresión física de un joven con cuerpo de hombre contra una jovencita mucho más menuda, con aspecto de niña, y se entiende muy bien la indignación de la gente en todo el país por el video de la golpiza que circuló en redes sociales, pero si bien es muy difícil que la gente controle su indignación por ciertos sucesos –hemos sabido de varios linchamientos en los últimos tiempos, incluido el de un par de campesinos y albañiles en una comunidad rural de Puebla, que fueron sacados de las instalaciones de la policía municipal y quemados vivos por una turba embravecida por un falso señalamiento de robachicos–, pero las autoridades sí están obligadas a ponderar los acontecimientos en todas sus vertientes y aristas.

La verdad es que al ver la grabación sentimos una profunda indignación por la brutalidad de la golpiza que le propina un estudiante del Cecyte de Leona Vicario, municipio de Puerto Morelos, a una compañera indemne, que por cierto como pudo se defendió con valentía en la medida de sus condiciones físicas.

También irritó a la sociedad quintanarroense que la persona que captó las imágenes de la agresión –al parecer otra estudiante del bachillerato no muy lejano de Cancún– y otros compañeros, mujeres y hombres, celebraban la zacapela hasta que un par de jóvenes un poco más conscientes quitaron al energúmeno de encima de la niña que ya estaba tirada en el piso del aula.

Daban ganas de quemar al muchacho en leña verde por la cobardía de su conducta, pero al paso de los días fueron surgiendo datos e incluso otro video que demuestran que el victimario de la niña a su vez es víctima del abuso escolar.

Antes apareció una abstrusa narración en video por parte del propio joven que no mostraba ni siquiera un poco de pena por sus actos, dando a entender que percibe una cierta igualdad en la lamentable riña, desenvolviéndose con cinismo francamente indignante, pero más adelante en la semana apareció otra grabación de teléfono celular en la que se ve al joven golpeador atacado con pareja saña por tres muchachas en el patio escolar.

Tras esta última publicación salió a la luz que no se trataba de la primera vez que el muchacho era víctima de acoso. Ahora tenemos la imagen de un muchacho vulnerable que es hostigado y –aunque sea de manera absolutamente indebida y condenable– descarga su frustración y su ira contra una pequeña que sin embargo no sabemos si acaso participó en el bullying que antecedió a los hechos. Tampoco se sabe si los acontecimientos en los que el victimario es victimado por tres violentas estudiantes sucedieron antes o con posterioridad a la agresión que desencadenó el escándalo.

La condena generalizada contra el estudiante no pierde razón de ser, porque en nada disminuye lo artero y criminal de la misma, pero las autoridades tendrán mucho que revisar y atender sobre el caso. El Cecyte suspendió o dio de baja –no lo sabemos con precisión– al agresor y la Fiscalía General del Estado, obligada por las circunstancias, aseguró que iniciaría una investigación, aunque no percibimos algún ilícito que deba perseguirse de oficio. Empero la querella ya se presentó: la chica, acompañada de sus padres y autoridades del Cecyte de Leona Vicario, se presentó a denunciar la agresión ante el Ministerio Público.

Ahora sí, la Fiscalía está obligada a investigar a fondo –la evidencia visual es contundente– y, en dado caso, fincar cargos contra el agresor, aunque al parecer no existen heridas tan serias como para configurar el tipo penal de lesiones y no habrá nada de qué responsabilizar más allá de faltas administrativas o al bando de policía y buen gobierno –ese chistoso nombre tenía antes ese ordenamiento–; prevemos que a casi nadie del respetable indignado por la alevosa felpa contra la jovencita va a gustar lo que resulte, pues la familia solo exige que el muchacho se disculpe y suponemos que ahí quedará el asunto. Dado que, como hemos dicho, el victimario también es víctima de agresiones escolares, parece que eso será lo más justo. Por algo será que la familia no clama por un castigo severo, sino solo por el reconocimiento de la propia mala conducta.

Pero lo sucedido significa –o debiera significar– una alerta rojísima para las autoridades educativas, el DIF, el Instituto Quintanarroense de la Mujer, la Secretaría de Seguridad Pública, la Fiscalía General del Estado, el Poder Judicial y hacia el interior de las familias: el bullying no solo puede significar indecible angustia y problemas en el desarrollo de la personalidad y desempeño ulterior de las víctimas y victimarios, sino una eventual tragedia. La muchacha que fue derribada luego de jalones de pelo, fuertes golpes y mandobles pudo sufrir un golpe derivando en una contusión cerebral u otro tipo de lesión, incluso fatal; lo mismo pudo sucederle a su agresor cuando fue atacado en algún momento y tal vez sistemáticamente.

De esta magnitud y gravedad, esta es la primera llamada para que las autoridades se pongan a trabajar y los padres de familia atiendan a sus vástagos. por ahora no se les puede echar mayor culpa: la secretaria de educación Ana Isabel Vásquez Jiménez, verbigracia, no es una gran comunicadora, pero lo sucedido no fue precisamente su responsabilidad; la titular del DIF María Elizabeth Carranza Aguirre apenas puede con la gran cantidad de programas a su cargo, aunque deberá poner en adelante más atención al tema del acoso escolar; Silvia Damián López debiera dedicarse menos a los festivales y celebraciones y más a las políticas públicas y campañas de protección a la mujer, pero son cosas por hacer y no faltas a la responsabilidad pública, aunque sí hay omisiones por más que las señoras no hayan estado precisamente con los brazos cruzados.

La Secretaría de Seguridad Pública, la Fiscalía y el Poder Judicial debieran reforzar los temas preventivos pues ya sabemos que no se trata de tapar el pozo hasta que un chiquitín se caiga de cabeza y se ahogue.

Suena mal, cierto: pero en estos lamentables aunque no fatales sucesos hay un dejo de oportunidad para mejorar la vida y el futuro de la niñez y la juventud de Quintana Roo. Hay que ir más allá de la indignación: pasemos a la acción.

Helada madrina

No recordamos, fuera de los emergentes por motines en la cárcel de Cancún desde antes de que se convirtiera en Cereso, un operativo tan importante como el sucedido el miércoles pasado en el penal de Chetumal con el traslado de 38 reos de alta peligrosidad a reclusorios federales, incluyendo al famoso “Diablo” Heriberto Campos Martínez, quien durante años fue el mandamás ahí junto a sus egregios colegas el “Frijol”, el “Poli” y el “Sexi”, entre otros.

Para el calibre de los felones cuyo reinado llegó a su fin, el saldo de siete elementos policiacos y cinco presos lesionados fue menor, pues se trató de 27 sentenciados y 11 procesados por delitos de delincuencia organizada, violación, robo calificado, secuestro y homicidio en grado de tentativa y calificado. La verdad es que lo normal es que Seguridad Pública actúe de manera reactiva y no estratégico-preventiva, lo que acaba en baños de sangre y escándalos lesivos para la imagen del estado y el gobierno.

No vale el aplauso fácil, pues era algo que se tenía que hacer: el secretario Rodolfo del Ángel Campos mejor asesorado en estrategias de comunicación ni hubiera dicho que Quintana Roo pasó del sitio 31 al 27 en el diagnóstico nacional sobre penitenciarías, pues siendo 33 los estados seguimos por la calle de la amargura, aunque este impactante operativo seguramente mejorará notablemente la calificación en futuras evaluaciones, pues sabemos que en prácticamente todas las cárceles de México hay autogobiernos y condiciones deplorables.

Mucho se valorará que el Cereso de nuestra capital esté al fin en manos de las autoridades y no de los criminales.

Insistimos: es su trabajo, así que de no cumplirlo merecería escarnio y de hacerlo no habría por qué echarle loas, pero entre lo que dijo Del Ángel hay datos que nos merecen optimismo, postura más bien rara cuando se trata del principal problema como lo es la seguridad. Se nos informó esto: “Se ha logrado reducir el hacinamiento y sobrepoblación en un 16 por ciento y el establecimiento de 96 protocolos de actuación.
En Cozumel se ha cumplido con el 75 por ciento de los parámetros para certificar la cárcel.

“En lo que va de la administración se han cerrado tres cárceles que no cumplían con lo mínimo para operar, se aumentó el número de sentenciados con relación a los procesados y se logró un aumento en los recursos del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública”.

Está bien secretario: tiene, pues, una bien ganada estrellita en la frente, pero por favor no se vaya a engolosinar y por eso deje de trabajar. Hay más pendientes que logros como este, que sí –reconozcamos– fue notable.

La dicha inicua…

Muy a su estilo –que conocemos muy bien, en persona muchas veces, por nuestro interés periodístico en los temas económicos, amén de su profundo conocimiento del negocio– el próximo secretario federal de Turismo Miguel Torruco Marqués se ha mostrado pesimista acerca de la actividad en el país, tal vez porque el presidente saliente Enrique Peña Nieto abusó de ensalzar “sus” logros, como la llegada al top ten mundial –sexto lugar– en cuanto a arribo de visitantes, y si bien es cierto lo que el ex titular de Turismo en el entonces Distrito Federal dijo sobre la disminución de la estadía de los turistas hay que entender que el principal indicador del sector es la ocupación hotelera: 10 turistas que permanecen un día en un destino equivalen a uno que pernocta 10.

Tras participar en el foro Hacia Dónde Debe Caminar el Turismo en México, organizado por la Cámara de Diputados, Torruco explicó que habrá ajustes en el presupuesto y acciones de austeridad y adelantó que aunque buscaran nuevos proyectos turísticos, la próxima administración federal buscará consolidar lo ya existente, ya que abandonarlos sería como dilapidar esa inversión, cuando lo que se busca es eficientar los recursos.

Torruco sabe mucho del tema y de lo que conviene o no conviene. Es muy probable que Torruco se entienda bien con Carlos Joaquín. Según una gacetilla, el gobernador dijo al inaugurar la segunda edición del Cancún Travel Forum Turismo 4.0 que “uno de los propósitos más importantes que como gobierno tenemos es lograr que Quintana Roo se mantenga como líder turístico de México y Latinoamérica para disminuir la desigualdad entre los quintanarroenses, con más y mejores oportunidades para vivir mejor; con más empleos y mejor pagados”.

Preocupados, lo que se dice preocupados por la llegada de Andrés López a la presidencia acerca del turismo, no debemos estar.

Lo más leído

skeleton





skeleton