Gobernantes amigos, por mando único

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La participación del gobernador Carlos Joaquín González, el jueves, en la Tercera Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional de Seguridad, por si alguna duda cupiera, dejó definitivamente claro la segura coordinación con el presidente de México en el tema.

El mandatario expresó que “en materia de seguridad se está diseñando un esquema de Gerenciamiento Policial Único, que permita reestructurar a las policías locales, creando una Policía de Quintana Roo profesional, honesta y eficaz”.

Pero la declaración expresa de la comunidad de propósitos con Andrés Manuel López Obrador fue esta: “Además, este esquema de Mando Único permitirá articular adecuadamente los esfuerzos con el gobierno federal con su estrategia de Guardia Nacional”, que se ha encontrado con fuerte oposición no solo en los sectores académico y civil, sino también entre los mismos partidos, sin excluir al Morena.

Es el proyecto toral de seguridad del presidente. Aquí es cuando se ven los amigos.

La dicha inicua…

El mayor acierto del gobierno de Andrés Manuel López Obrador hasta el momento tiene dimensión histórica, pues hace 18 años se nos había privado de las pocas cosas por las que México había sido reconocido e imitado en el mundo y ahora se restituye: nuestra política exterior. Si bien en estas semanas hemos vivido un arranque de sexenio entre luces y sombras –los fanáticos del presidente perciben pura luminosidad; los detractores necios, tinieblas–, sin duda, acaso porque el secretario de Relaciones exteriores es el brillante Marcelo Ebrard Casaubón, de un plumazo se está saltando más de tres lustros de vergüenza a recuperar nuestra dignidad diplomática.

La postura mexicana en el caso Venezuela, sin embargo, ha sido erróneamente interpretada como apoyo al gobierno de Nicolás Maduro –que seguramente sí vive in pectore de Andrés Manuel, de manera personal– y repudio al autonombrado presidente desde su cargo de líder de la Asamblea Nacional Juan Guaidó. Para nada se trata de eso. Quienes así opinan deben haber asistido a secundarias muy chafas, pues ahí al que escribe le enseñaron claramente los principios de la política exterior de México, incluso desde la primaria, en clases de civismo.

La postura mexicana está guiada por el principio de no intervención, que preconiza la autodeterminación de los pueblos: no es invención de López Obrador. Viene de la independencia de Estados Unidos y ha sido hecho explícito por la doctrina Monroe –en repudio a la injerencia de las potencias europeas– y para orgullo mexicano por la doctrina que se conoce con el apellido del secretario de Relaciones Exteriores Genaro Estrada, quien definió desde 1930 las principales tesis del no intervencionismo y ha sido retomada como tesis fundamental en todo el mundo.

En un escueto pero ejemplar comunicado, la cancillería explica la postura sobre el conflicto venezolano con meridiana claridad: “En apego a nuestros principios constitucionales de no intervención, autodeterminación de los pueblos, solución pacífica de controversias internaciones, igualdad jurídica de los Estados, respeto, protección y promoción de los derechos humanos y de lucha por la paz y la seguridad internacionales (Art. 89, fracción 10 de nuestra Constitución), México no participará en el desconocimiento del gobierno de un país con el que mantiene relaciones diplomáticas.

“Coincidimos plenamente con el llamado de la Organización de las Naciones Unidas a que todos los actores involucrados en el conflicto en Venezuela reduzcan tensiones, hagan los mayores esfuerzos por evitar un escalamiento y rechacen cualquier tipo de violencia política.

“Compartimos además con la República Oriental del Uruguay el exhorto al diálogo entre las partes y, al igual que España y Portugal, hacemos votos por una salida política a la situación en Venezuela”.

Para que no quede duda, el mencionado artículo 89 en su fracción 10, que habla de las facultades del presidente de la república, dice a la letra: “Dirigir la política exterior y celebrar tratados internacionales, así como terminar, denunciar, suspender, modificar, enmendar, retirar reservas y formular declaraciones interpretativas sobre los mismos, sometiéndolos a la aprobación del Senado. En la conducción de tal política, el titular del Poder Ejecutivo observará los siguientes principios normativos: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación internacional para el desarrollo; el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad internacionales”.

O sea: Fox, Calderón y, en menor medida Peña –acaso por omisión– fueron inconstitucionales en sus políticas internacionales.

Helada madrina

El presidente López Obrador siempre ha demostrado simpatía hacia la República Bolivariana fundada por el militar golpista Hugo Chávez y gobernada hoy por el tambaleante Maduro; a nosotros ambos sudamericanos, en su calidad de autoritarios, represores y enemigos de la libertad de expresión nos caen de la patada, pero eso no importa: la política exterior mexicana no debe definirse de contentillo. La constitución, los tratados internacionales que México ha firmado y las determinaciones de los organismos mundiales a los que pertenecemos deben ser las fuentes para normar criterios, y el actual gobierno a eso se ha ceñido.

Tres permios Nobel han obtenido mexicanos en la historia: el gran poeta Octavio Paz; el ingeniero químico Mario Molina, codescubridor de las causas de los agujeros en la capa de ozono. y el diplomático Alfonso García Robles, artífice del Tratado de Tlatelolco para la no proliferación de armas nucleares.

Un escritor, un científico y un diplomático han sido los mexicanos que han logrado el máximo lauro del mundo. Es por eso que fue tan grotesca y vergonzosa para la diplomacia mexicana la llamada del presidente cowboy con cultura de palafrenero Vicente Fox Quesada en la que en bajuna sumisión al presiente George W. Bush de Estados Unidos, en vísperas de una cumbre internacional en Monterrey en 2002, le dijo al mandatario cubano Fidel Castro “comes y te vas”, para no causarle incomodidades al patrón estadounidense.

Sean cuales fueren su ideología, de derecha o izquierda, y su afinidad o repudio a Nicolás Maduro, esto sí que debe aplaudírsele a López Obrador, porque después de 18 años ya dábamos por perdido para siempre el orgullo diplomático de México.

Fitur

La participación de Quintana Roo en la Feria Internacional de Turismo de Madrid, una de las reuniones de negocios de la industria más importantes del mundo, dejó clara constancia de ello. Desde el miércoles se multiplicaron las buenas noticias para el estado, los municipios y las empresas participantes.

La secretaria de Turismo del estado Marisol Vanegas Pérez y Darío Flota Ocampo, titular del Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo, estuvieron al frente de la delegación caribeña y hay plena coincidencia acerca del éxito del viaje.

Para empezar, en los prolegómenos Darío Flota señaló que el anfitrión España es el quinto país cliente de Quintana Roo, con 183 mil turistas –y por cierto es probablemente el primer país inversionista en hotelería en el Caribe. Uno de los tour operadores más importantes del país europeo, viajes Barceló, anunció un incremento importante en las frecuencias para los próximos meses lo que hace suponer que un sexto año consecutivo de crecimiento está prácticamente asegurado.

Pensando entre otras cosas en la prolongada estancia de los turistas españoles se promueven los atractivos de todo el estado, como la Gran Costa Maya y todos los puntos del sur del estado, como Bacalar y la ruta arqueológica, entre otros.

Quintana Roo lidera sin duda la vocación turística de toda la región, que promueven el estado, Yucatán y Campeche bajo el nombre Yucatán Península, lo que resulta muy atractivo para el turismo europeo, que podrá disfrutar de las inigualables playas en el Caribe, y de las zonas arqueológicas y atractivos coloniales en los otros dos estados.

Hubo muchos anuncios destacados, verbigracia una frecuencia para el verano de un vuelo Moscú-Cancún, operado por Azurair, que solo operaba en invierno; empezó con una operación a la semana, ya opera dos y se prevé que para el próximo invierno suba a una diaria. Por su parte, la aerolínea mallorquina Envelop aumentó a cinco el número de vuelos Madrid-Cancún para este verano que, como nos explicó Darío Flota, es la temporada predilecta de los españoles para vacacionar. Incluso dos de los equipos que viajarán a Quintana Roo tendrán más asientos.

Los municipios reportaron también contactos muy exitosos; de los más destacados platicaremos luego.

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