Amor al yanqui

La Suprema Corte de Justicia de la Nación, en una misiva que no podemos creer...

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La Suprema Corte de Justicia de la Nación, en una misiva que no podemos creer que haya sido involuntariamente demoledora, declinó la asistencia de los ministros al aberrante evento convocado por el presidente llamado “Acto de unidad en defensa de la dignidad de México y en favor de la amistad con Estados Unidos” por el castigo arancelario que nos aplicó Washington.

La primera respuesta del primer magistrado mexicano fue repeler sin escatimar el uso de la fuerza a una caravana de centroamericanos que se proponían a internarse al país por la frontera chiapaneca.

No es un símil abusivo o fantoche el que Andrés Manuel López Obrador hace de su régimen con el de Benito Juárez y de su persona con la del Benemérito de las Américas. Se parecen mucho. Ambos odian a los conservadores, los dos están obsesionadas con la austeridad republicana, son igualmente personas bienintencionadas... de igual manera comparten, en diferentes momentos históricos, una proclividad hacia Estados Unidos que casi admite el adjetivo de lacayuna.

Muy confuso es el afecto del tabasqueño hacia los yanquis, tanto como lo fue el del prócer oaxaqueño, pero ambos devaneos tienen en común una insana dependencia y subordinación que en vez de disminuir, como debieran, acentuó el de Guelatao y promueve el nativo de Nacajuca.

Juárez que ría el apoyo militar del vecino del norte; López apela casi a diario en sus “mañaneras” al cariño casi sexual de su amado amigo Donald Trump, que a su estilo de negociador salvaje un día le pone enfrente la zanahoria y al otra lo azota con la cuarta.

A nuestro país lo fustigan a diario los órganos y expertos financieras más reputados del país y el mundo por la pésima conducción que en tan poco tiempo ha realizado con las riendas del país en la mano. El presidente, a diario, descalifica a las calificadoras internacionales Moodys, Fitch Ratings, Standard & Poors y a las analistas mexicanas más prestigiadas, incluyendo al impecable Banco de México, que legalmente define la política monetaria de la nación.

Hay coincidencia plena en una visión más bien sombrías sobre el desempeño del país, pero con increíble ignorancia el presupuesto el presidente cree que va resolverlo todo repitiendo “vamos bien” ante ese lamentable grupo de reporteros que se carcajean de sus pésimos chistes, le aplauden como focas con el agua hasta el hocico sus ocurrencias y ahora hasta le completan las frases, extasiados por su presencia en esa ensañada República Mañanera.

Si ese fuera el país, ¡qué dicha! Pero no es así: tenemos el peor desempeño económico de México en un primer semestre de un período presidencial y en el primer cuarto de un año. Nunca en la historia para ese lapso se habían presentado tan altos índices de delincuencia —por mucho que su popularidad no haya caído demasiado—, y no es que haya hecho las cosas tan mal, sino que en vez de atender las alertas ámbar las convierte en rojas por porfiado.

La perversidad de los togados al responder a la convocatoria ría del presidente quedó muy clara al ser reatada con una cita del presidente más pro-yanqui que ha reñido el país: don Benito Juárez García, gurú histórico del presidente López.

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