La Ouija, te robará las ganas de dormir

Una película divertida y con algunos sustos considerando el mercado adolescente al que está dirigida.

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Para quienes quieren divertirse con el tema macabro es una excelente opción. (Contexto/Internet)
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Por Rafael R. Deustúa

Cuando hablamos de éxitos de taquilla sólo mencionamos los filmes que superan los mil millones de dólares, pero hay grandes éxitos como “La Ouija”, que en 2014 generó 103 mdd; un éxito pues sólo costó cinco millones. Esas cintas económicas tienen más libertad de acción que las superproducciones pues es fácil que recuperen la inversión, pero no siempre tienen calidad, “Ouija” fue mala, pero propició una secuela que sorpresivamente es buena.

A finales de los sesenta una joven viuda apenas se mantiene trabajando como medium, para lo cual le ayudan sus hijas con los “efectos sobrenaturales”. Un día lleva a casa una ouija como un nuevo truco, pero cuando su hija pequeña empieza a usarla para comunicarse con su padre empieza el pandemonium al que se alude en la cinta de 2014.

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“El origen del mal” es una cinta correcta, pero no políticamente, sino por estar armada de forma exacta para llegar a la audiencia de adolescentes a la que apunta. Su libreto cuida bien ése aspecto y maneja el tema sobrenatural con cuidado para mantenerse en los márgenes de la censura. Así mismo es inteligente, pues aún cuando tiene sus absurdos -es una historia de fantasmas- la narración es coherente y sorprende aún cuando sea una precuela cuyo final ya conocemos.

Ese buen libreto de Jeff Howard y Mike Flanagan es el primer cambio de calidad en la película, el segundo es la direccion del mismo Flanagan, pues los productores lidereados por Michael Bay, son los mismos y el presupuesto es de seis millones, apenas uno más que la anterior.

Flanagan es un veterano del cine de terror que es paciente para armar la historia y generar tensión, considerando que es la clásica película de sustos para Halloween. Al tomarse su tiempo hace de cada espectador una olla de presión que cuando por fín explota, salta de verdad. El problema es que después de eso parece que no tenía nada planeado y avienta a la olla todos los trucos conocidos para crear más sustos, como viendo cual pega.

En actuaciones Lulu Wilson, la niña protagonista, roba cámara, pero hay que reconocer que el trabajo de Annalise Basso y Elizabeth Reaser, como su hermana y su madre respectivamente, la ayudan a crear su personaje. Además contó con la asesoría de otro niño actor, Henry Thomas, a quién conocimos en “E.T.” y aquí hace de un sacerdote católico.

Para quienes quieren divertirse con el tema macabro es una excelente opción, si no espere a encontrársela en televisión.

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