Paloma Wong/SIPSE
CHETUMAL, Q.Roo.- La prematura muerte de su mujer llevó a Francisco Andrés Interian a convertirse en papá y mamá, pues se quedó a cargo de sus tres hijos menores de edad. Además de su oficio de bolero, actividad que realiza desde hace 20 años, también debía ver por las cosas del hogar y sacar adelante a los niños. Sin embargo, eso no ha sido una limitante para disfrutar su paternidad.

“Ser padre es una maravilla. Llego a mi casa, cansado por la chamba y luego-luego aparecen mis niños y me dicen papá te hicimos una carta. No es algo grande, pero para ellos es mucho y significativo, al igual que para mí, y esos son los momentos que más aprecio en esta vida”, afirmó.

A pesar de que no hay datos contundentes con respecto de los padres solteros, a partir de cifras manejadas por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) se estima que en Quintana Roo hay cerca de 28 mil de ellos, es decir, varones que debieron hacerse cargo de los hijos en ausencia de su cónyuge, por situaciones tales como la separación, abandono, el divorcio o la viudez.

Sin embargo, aún en el contexto nacional, donde se maneja que apenas el 4.4 por ciento de los hogares familiares mexicanos tienen como cabeza a un padre soltero, los datos escasean y son nebulosos en cuanto al origen del fenómeno y las cifras.

La misma institución señala en su Censo General de Población 2010, que de los 363 mil 66 hogares contabilizados en la entidad, 280 mil 790 tienen jefatura masculina y 82 mil 276, jefatura femenina, lo que se traduce en un predominio del 77% de hogares a cargo de varones.

Este dato no implica que necesariamente sean padres solteros, pero deja en claro que el jefe de familia, quien aporta la manutención y encabeza la toma de decisiones, sigue siendo el sexo masculino.

Los hombres casados son mayoría en Quintana Roo, con 188 mil 463 individuos, en unión libre sumaron 98 mil 126, separados 15 mil 31, los divorciados seis mil 540 y los varones viudos cinco mil 768, según el INEGI.

Otro dato interesante con respecto de la conformación de los hogares quintanarroenses, es que el 85% es familiar (con lazos sanguíneos con alguno de sus integrantes) y no familiares sólo el 14.6%. El resto aparece como no determinado en las estadísticas del Consejo Nacional de Población (CONAPO).