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Comer papas fritas durante el embarazo es tan nocivo como fumar, según científicos. (Actualidad RT)
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Agencia
CANCÚN, Q. Roo.- Sí, un plato de papas fritas es irresistible, pero ¿sabías que pueden ser peligrosas si quien se las come es una mujer embarazada?

Así lo asegura la investigación publicada por “British Medical Journal” (BMJ), luego de que desde 1991 los investigadores analizaron la dieta de 15 mil 632 mujeres y sus respectivos embarazos, informa el portal web del periódico Excélsior.

Del total de las participantes, 854 desarrollaron diabetes mellitus por tener un Índice de Masa Corporal (IMC) superior al resto, además de realizar menor actividad física y consumir más calorías.

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Aunque las papas son ricas en vitamina C, fibra dietética y potasio, su alto contenido en almidón podría “tener efectos perjudiciales sobre el metabolismo de la glucosa”.

Así que una embarazada que consuma una papa hervida o al horno a la semana, tiene un 20% más de probabilidades de sufrir diabetes. (Si consume más de cinco raciones por semana el riesgo será un 50% mayor).

Tener diabetes durante el embarazo podría no solo traer complicaciones en el parto (debido a que el feto engorda de más), sino también problemas cardiovasculares y metabólicos para la mamá y el bebé.

Riesgo para el bebé

Por otro lado, especialistas españoles indican que comer papas fritas y 'snacks' durante el embarazo es tan nocivo como fumar, pues aumenta el riesgo de que el bebé nazca con un bajo peso y una menor circunferencia de cabeza en comparación con los niños sanos, según el portal web actualidad.rt.com.

El estudio coordinado por Manolis Kogevinas atribuye este efecto a un químico llamado acrilamida, sustancia que se emplea en la fabricación de papel, la extracción de metales, la industria textil, la obtención de colorante y en la síntesis de las poliacrilamidas. 

Desafortunadamente, se forma también al calentar comida friéndola o asándola a más de 120º C. Los alimentos como las papas fritas y tostadas la contienen en grandes cantidades. La acrilamida es capaz de atravesar la placenta.

La investigación se efectuó entre los años 2006 y 2010 sobre 1.101 mujeres embarazadas en Dinamarca, Inglaterra, Grecia, Noruega y España, y luego sobre sus hijos recién nacidos. Los resultados de este trabajo fueron publicados bajo el título ‘El peso al nacer, circunferencia de la cabeza y exposición prenatal a la acrilamida de la dieta materna’ (‘Birth Weight, Head Circumference, and Prenatal Exposure to Acrylamide from Maternal Diet’).

Los médicos concluyeron que un alto consumo de acrilamida procedente de la dieta materna tuvo en los fetos un efecto similar al del tabaquismo. Calcularon que redujo el peso del bebé en 132 gramos y el tamaño de la cabeza en 0,33 centímetros, en promedio. Un bajo peso al nacer afecta a la salud temprana de los niños y puede desembocar en enfermedades cardiovasculares y diabetes. La reducción del tamaño de la cabeza se asocia con un retraso en el desarrollo neurológico.

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