Teresa Pérez/SIPSE
CANCÚN, Q, Roo.- Por cada 100 personas que camina sobre los arenales, al menos una es diagnosticada con filariasis, enfermedad que se contagia por las heces fecales que dejan los perros y que al contacto con la arena se reproducen buscando un huésped.

Este padecimiento es de bajo diagnóstico en la entidad, pues las personas la confunden con una urticaria simple o alergia, explicó Roberto Narro Llorente, ex presidente del Colegio de Dermatología.

Sin embargo, no debería subestimarse, pues las heces de los perros depositan huevos en la arena o jardín que se reproducen y buscan un huésped, como la piel del ser humano. 

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“La gente no sólo camina; se acuesta en la arena, y la larva migra al entrar en contacto con la piel, produce comezón, alergia, y una molestia ligera sin levantar sospechas de la persona sobre lo que seguirá después”, dijo Enrique Corona Trujillo, presidente del Colegio de  Veterinarios en Quintana Roo.

Cuando llega a penetrar al torrente sanguíneo, viaja a órganos como el cerebro, ojos, corazón, para entonces, pasó al menos más de un mes, pues la migración de la larva es muy lenta y la gente se da cuenta porque aparece una ronchita y a la semana, esta se movió.

Recomendaciones

Desparasitar a las mascotas, no andar descalzo y estar atentos a cualquier anomalía en la piel,  son las medidas preventivas que se recomiendan.

Esta es una patología frecuente en zonas tropicales y subtropicales, que satisfacen las exigencias del parásito. 

Turistas provenientes principalmente de países europeos y Estados Unidos, cuando son diagnosticados en sus lugares de origen, refieren estancias en el Caribe mexicano, además de Michoacán, Veracruz, Guerrero, Tabasco y Tamaulipas. 

Narro Llorente comentó que la infección se adquiere por el contacto de la piel con suelos contaminados con materia fecal de animales infectados, y las zonas más afectadas son dorso y planta, manos, glúteos, área anogenital, tronco, muslos y piernas.