Enrique Mena/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Los cuatro tipos de discapacidad que un ser humano está propenso a adquirir en alguna etapa de su vida pueden llevarlo al desinterés por mantenerse vivo, lo que en ocasiones deriva en el suicidio, por la falta de aceptación o sentir de pertenencia en el tejido social. 

El presidente del Colegio de Médicos en Quintana Roo, Francisco Javier Lara Uscanga, considera que el apoyo clínico y psicológico para cada una de estas personas debe ser obligatorio con la mera simplicidad de que la confianza sea el primer paso de su aceptación e integración a la sociedad.

Señaló que la persona que sufre discapacidad psíquica, intelectual, sensorial o física, no debe sentir un truncamiento de su desarrollo y crecimiento dentro de la sociedad o grupo social en el que vive, ni mucho menos caer en depresión por considerarse en algún momento de su vida “diferente a los demás”.

“El tabú que existe es de rechazo a las personas que presentan cuadros distintos al considerado normal; es decir, quien se siente sano y físicamente sin discapacidad suele considerar a quien la tiene como parte de un mundo ajeno”, señaló el profesional.

Aseveró que las personas con alguna capacidad diferente deben lidiar con el sentimiento de culpa por su padecimiento y el señalamiento de la sociedad.

Dijo que aunque no hay una cifra oficial sobre este escenario, debe frenarse por completo, ya que la sociedad en general no tiene la herramienta para acusar o señalar estos casos.

Puntualizó que si bien, cualquier restricción o impedimento de la capacidad de realizar una actividad en la forma normal para el ser humano se considera discapacidad, no debe ser barrera de integración social.