Octavio Martínez/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- En lo que va del año, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha realizado verificaciones en los 38 establecimientos de venta de mariscos en el municipio, de los cuales a nueve ha extendido recomendaciones por manejo inadecuado del producto, no ha habido clausuras.

De acuerdo con Efraín Alonzo Sansores, titular en la zona centro de la Cofepris, el personal pone atención en las medidas que toma el comerciante para su conservación, ya que es común que, debido a las altas temperaturas que hay en la región, se echen a perder. Comentó que los operativos para mantener en control a estos negocios se han hecho al azar todo el año.

La falta de permisos en la región para que los pescadores puedan comercializar los productos ha ocasionado que los negocios se abastezcan en otras zonas pesqueras, como Puerto Juárez, en el municipio de Benito Juárez, donde hay cooperativas. También se traen de Yucatán y Campeche. Camilo Hernández Arrone, expendedor de pescado en Playa del Carmen, dijo que la competencia se incrementa en ciertas temporadas, como la Cuaresma y fiestas decembrinas.

Explicó que el producto recorre una travesía de 24 horas, ya que por la mañana, cuando el pescado es capturado en Puerto Juárez, es empacado para llevarlo a distintos puntos, entre ellos la Riviera Maya, y cuando llega a los expendios, que es durante la mañana del día siguiente, se comercializa. Hasta el momento, no hay organización que aglomere a los 38 negocios que hay en la ciudad, por lo que no existen estadísticas de venta o consumo, afirmó Camilo Hernández.

A su consideración, el pargo y el mero son las especies más populares entre la población, cuyo costo está entre 80 y 100 pesos. Comentó que hay especies que se han mantenido como líderes en este negocio, pero no por la frecuencia con que se venden, sino por su rareza, como la langosta, siempre y cuando se mantengan fuera de la veda.

Dijo que hay la creencia de que los mariscos son caros y por esa razón no se consumen frecuentemente. Sin embargo, hay productos que se consumen habitualmente, son más caros y tienen poco aporte nutricional, como el caso de los azúcares y los refrescos.