Javier Ortíz/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Prestadores de servicios turísticos de la cabecera municipal pidieron la participación de autoridades de la Comisión Nacional del Agua (CNA) y Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) de la Secretaría de Salud (SESA), para que se generalice la información y concientización a prestadores de servicios turísticos del ramo restaurantero y hotelero, sobre la importancia de adoptar medidas que eviten la contaminación de la Laguna de Bacalar.

David Martínez Sánchez, presidente de la Asociación de Hoteles y Restaurantes de Bacalar, admitió que aunque actualmente se adoptan medidas para evitar contaminación a ese cuerpo lagunar, cuando se construyeron varios hoteles y restaurantes hace muchos años, no se hizo pensando en el cuidado del medio ambiente, tan necesario actualmente ante el crecimiento de la ciudad.

Por esa razón, el empresario consideró indispensable una convocatoria por parte de ambas instancias para que se concientice a los prestadores de servicios que aún no se hayan conectado a la red de drenaje o que no cuenten con un sistema adecuado de tratamiento de sus aguas residuales, para que lo hagan.

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Aclaró que los negocios establecidos que forman parte de esa organización cuentan con estos sistemas de cuidado al medio ambiente.

Afirmó que cualquier medida preventiva que se lleve a cabo, “nunca estará de más, tomando en cuenta que se trata de preservar un patrimonio que habremos de heredarle a las futuras generaciones y que corresponde ahora a nosotros cuidarlo y cederlo en las mismas condiciones”, subrayó.

Martínez Sánchez dijo que los prestadores de servicios turísticos, son los primeros interesados en el cuidado del ecosistema de la Laguna de los Siete Colores y demás bellezas naturales que lo rodean, por lo que de manera independiente han adoptado medidas estrictas para darle tratamiento a las aguas negras que se generan en cada uno de esos negocios.

Riesgo latente 

Sin embargo, mostró su preocupación porque la existencia de fosas sépticas representen un riesgo de contaminación del cuerpo lagunar, debido a que antaño se construyeron para depositar los desechos como única y tradicional alternativa, lo que en la actualidad puede atentar de manera directa contra el entorno ecológico que se pretende cuidar.