La ley contra uso de plásticos ya tiene 'enemigos'

Distribuidores y usuarios de plásticos se pronunciaron en contra de la Ley.

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La prohibición de plásticos sí tendrá una afectación en alguna medida al comercio. (Twitter)
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Adrián Barreto/ SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- Distribuidores y usuarios de plásticos se pronunciaron en contra de la Ley para la Prevención y Gestión Integral de Residuos Sólidos que fue propuesta al Congreso del Estado, pues la prohibición del uso de bolsas, popotes y vasos que se contempla romperá una cadena comercial de la que depende mucha gente y se pondrá en riesgo la sanidad.

“¿Cuánta gente vende comida en estos recipientes? El pozole, el café, los esquites, los tamales y un sinfín de cosas que forman parte de un estilo de vida y también de una economía. Si le prohíbes a un vendedor que use el polietileno espumado ¿qué va a hacer? ¿dejar de trabajar? Ese ciclo económico es lo que van a romper”, cuestionó Alejandra Tovar, directora de Bolsas y Vasos El Che, una distribuidora de plásticos.

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Aunque la prohibición de uso de plásticos que propuso Alfredo Arellano Guillermo, secretario de Medio Ambiente, incluye sólo a tres artículos de las decenas que comercializa El Che, sí tendrá una afectación en alguna medida a su comercio, pero hacia los consumidores se prevé un alza de precios al sustituir las bolsas de plástico por la de papel, por ejemplo.

“La bolsa de papel es peor: primero el impacto para los árboles será mayor. ¿Tenemos la cultura de sembrar árboles? No, al contrario, la gente los tala. Las bolsas de papel se venden por piezas en muchos lugares. Aquí un paquete de 25 cuesta 252 pesos, mientras que una bolsa de plástico de camiseta con un kilo del número dos cuesta 44 pesos, y tiene 90 bolsas. La del número uno tiene 130 bolsas y cuesta similar”, ejemplificó.

Rodrigo Pérez, vendedor ambulante de comida chatarra y fruta, también se opone a esa regulación, principalmente porque el impacto en su inversión para sustituir las bolsas de plástico por las de papel para los chicharrones y las jícamas le obligará a subir el precio final a sus clientes y con ello menos ventas. “Muchos que venden comida preparada, como los tacos, están más preocupados. Los que dan en unicel la comida ¿qué van a hacer? Y otros que tienen platos de plástico ya no podrán envolverlos en las bolsas y ¿cómo los van a lavar en la calle?”, cuestionó.

De acuerdo con Alex Mis Tucuch, secretario general de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), en la que participan más de 300 “gastronómicos ambulantes” a nivel estatal, adelantó que recurrirán al Congreso porque la ley, si bien tiene un espíritu de protección al medio ambiente, podría dejar sin empleo a sus afiliados.

“El problema es la educación que tenemos para su disposición. Una bolsa no llegó sola al mar, ni el popote''...

“Va a repercutir en el comercio ambulante. Las autoridades de salud nos prohíben usar vajillas, y usar los platos térmicos (blancos) o tener de plástico de alta densidad envuelto en bolsas para no tener que lavarlos, y si eso no se puede hacer porque se prohíbe tanto el envase térmico como la bolsa, entonces no sé cómo vamos a poder vender la comida”, discutió.

Alejandra Tovar temió que se vaya a aprobar esta ley sin que se consulte a todos los sectores como es su caso, y consideró que el fondo del que nació esta iniciativa no radica en el uso del plástico, sino en la falta de educación ambiental.

“El problema es la educación que tenemos para su disposición. Una bolsa no llegó sola al mar, ni el popote. Una bolsa de plástico la podemos reciclar 10, 20 veces, el popote también, y lo que está fallando es la educación cívica. El que contamina es que lo eches al mar, al bosque, al río, eso es lo que contamina, porque no tenemos una cultura. El gobierno se está yendo a la prohibición y están gastando muchos recursos para eso en lugar de educar a la gente, y se va a conservar el empleo”, criticó.

Así como Mis Tucuch, advirtió que la venta de comida tendrá que tener una regulación aún mayor para evitar problemas de salud, pues, aseguró, “el popote se comenzó a usar por higiene, porque las botellas venían con óxido, y porque nadie te garantiza que los trastes se laven bien y menos en un puesto de la calle, y cuando haya una epidemia vamos a ver cómo lo resuelven”.

En la tienda El Che reciclan bolsas, una labor que Alejandra Tovar presumió pues es de las pocas empresas que lo hacen a un nivel tan grande. “Para reciclar usamos un 10% de material virgen, el 90% restante es bolsa que ya se usó y lo mezclamos. Por eso, 60% de mercancía de plástico que vendemos es reciclado, incluso el polietileno de alta densidad que es la que te dan en el súper también se puede reciclar y tiene el mismo uso”.

Frente a este escenario el geólogo marino, Antonio Márquez García, y quien ha estudiado de cerca la contaminación de los mares y el impacto de degradación costera, ve en la Ley para la Prevención y Gestión Integral de Residuos Sólidos un inicio para reducir el impacto de los plásticos, pero la respuesta real será el cambio de hábitos.

“Hace 50 años no había plástico. Usábamos nuestro morralito de ixtle, ibas al mercado con la canasta, usabas papel para hacer conos y tomar agua. Así como tuvimos este proceso de plastificación tenemos que hacer y ser una sociedad desplastificada, más consciente del medio ambiente porque lo estamos acabando poco a poco”, dijo.

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