Preparan últimos detalles para el Viacrucis en la Catedral

El joven Jorge Argáez Baeza, quien personificará a Jesucristo mañana viernes, reconoce que no ha sido fácil realizar este papel, pues es una gran responsabilidad.

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Jorge Argáez Baeza, de 18 años, dijo que representar a Jesús le deja la importancia de ser él mismo. (Jesús Tijerina/SIPSE)
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Teresa Pérez/SIPSE
CANCÚN, Q.Roo.- Los actores del apostolado “Heraldos de la Cruz” preparan sus últimos ensayos para el Viacrucis de mañana 29 de marzo en la Catedral de la Santísima Trinidad a las 10 horas.

Jorge Argáez Baeza, un joven de 18 años, desde hace cuatro meses comenzó a estudiar sus diálogos sobre la vida de Jesucristo para representarlo en su día más difícil y poder transmitir su mensaje al espectador.

“No ha sido fácil pues debes prepararte en mente, cuerpo y espíritu. Es una gran responsabilidad, ya que eres la imagen de Jesucristo y es un compromiso muy fuerte. Mi preparación continúa día a día, y cada ensayo en cada palabra encuentro una gran reflexión en mi vida”, agregó.

El ensayo para las diferentes escenas de la representación continuó hasta antes de que comenzara la misa de las 19 horas. Algunos se acercaron para escuchar la misa y otros se despidieron pues habían llegado a prisa al ensayo  de su centro de trabajo.

Argáez Baeza estudia el último semestre de Ventas en el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos (Cecyte) y tiene tres años de pertenecer al grupo de los “Heraldos de la Cruz”. Desde que inició su experiencia espiritual ha recibido regalos de Dios. “Antes me sentía solo y hoy mi corazón se regocija porque he podido encontrar el equilibrio espiritual”.

Para darle un toque más real al personaje, el grupo de los “Heraldos de la Cruz” decidió que Argáez Baeza  debía tener la cabellera larga. 

Para Jorge no es tan fácil personificar a Jesucristo, pues nunca se había dejado crecer la cabellera; pero el hecho de servir a Dios lo convenció. 

“Es algo muy bonito representarlo (a Jesús) pues a través de Él vas conociendo muchas cosas y vas cambiando tu forma de ser con las demás personas. Mi preparación ha sido completa. La cruz pesa más de 70 kilos. Voy a iniciar por la entrada del estacionamiento (de la catedral) a dar la vuelta hasta llegar al lugar de la crucifixión. Me deja la importancia de ser yo mismo y estar mejor con mi familia y con los amigos”.

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