Teresa/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- El mal olor, las grietas y la comezón en los pies no ocurre por falta de higiene sino por la humedad y sudoración en los dedos que ayudan a la producción de hongos similares al moho que viven en el tejido muerto de la piel, cabello, uñas que causan el pie de atleta y cuatro de cada 10 lo padecen. 

Ingrid López Gerhke, miembro de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD), dijo que el calor, la humedad y la utilización de zapatos cerrados detonan dicho problema. 

¿Qué es?

El pie de atleta (tinea pedis) es una infección en la piel de los pies a causa del calzado cerrado, baños, piscinas, sudoración y prospera en áreas cálidas y húmedas. Explicó que algunas personas tienen mayor predisposición a infectarse y sobre todo en estados cálidos como Quintana Roo.

López Gerhke previno a la población en revisar y cuidar sus pies pues otra de las variantes del pie de atleta es también que la piel se engrose como una callosidad con los mismos síntomas, mal olor y comezón. “El pie se ve blanco, lastimado, agrietado, causa mucha comezón y sobre todo presenta mal olor”.

Para Rubén Narro Llorente, presidente del Colegio de Dermatología en Quintana Roo, explicó que los remedios caseros no ayudan y por el contrario ocasionan dermatitis por contacto, es recomendable que ante el primer síntoma acuda al especialista para que le de tratamiento a su problema. 

Personas mayores vulnerables a padecer pie de atleta 

Mencionó que entre más grande sea la persona mayor riesgo tendrá de padecer pie de atleta iniciando desde la adolescencia. En menores es muy raro que se presente debido a que la piel tiene una protección contra los hongos.

Si el pie de atleta sólo afecta a los espacios entre los dedos de los pies, bastará un tratamiento antimicótico local pero si el tratamiento externo no funciona porque este afectó toda la planta del pie recomiendan tomar un antifúngico en forma de pastilla, previa consulta con el médico.

Recomendaciones

Las recomendaciones principales que realizan los especialistas serán el lavado de baños y clorarlos, el secado de los pies después del baño, principalmente los espacios entre los dedos, utilizar talco para pies, utilizar calcetines de algodón y cambiarlos cada día; orear los zapatos y dejarlos en el sol por lo menos dos horas; colocar tiras de tela o gasa entre los dedos de los pies para que absorban la humedad; utilizar sandalias en lugares públicos.