Teresa Pérez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Algunas zonas como Bahía Azul, Lombardo Toledano y Donceles 28 son puntos de gran afectación en temporada de lluvia. Vecinos del lugar comentan el viacrucis que les lleva cada vez que las inclemencias del tiempo azotan a la ciudad, debido a que en dichos terrenos están en bajo nivel.

Roger Espinosa Rodríguez, secretario de Obras Públicas y Servicios, espera el resultado de un estudio enviado a un Instituto Nacional especializado en aguas residuales, mismo que dictaminará cuál será el proyecto adecuado para resolver el problema definitivamente en la Donceles y colonias aledañas.

Para Sandra Álvarez Piña, habitante de la calle José María Morelos, a pesar de que este año no llovió como otros anteriores, recuerda la que azotó hace un par de meses que bastó para que llegara la preocupación y que todos sus vecinos  protegieran sus bienes.

Los habitantes aseguran que después de Wilma y a que empezaron a rellenarse los tres canales naturales de la laguna del Manatí y Chac Mul Chuc comenzó el sufrimiento desde las inundaciones en sus hogares en donde incluso a parte de deterioro de su patrimonio por el agua anegada los sacude también una ola de enfermedades.

Para ellos no basta con la perforación de pozos pues a su dicho la mayor afectación es desde que se edificó la barda del manglar y al cárcamo que prometieron construir que sólo les genera charcos y un olor fétido de aguas negras en la zona. Ante esto las autoridades mencionaron que continúan los trabajos para conectar el drenaje pluvial de la Donceles 28 y Bahía Azul con el nivel de la marea, de tal manera que se interrumpa las inundaciones en la zona.