Brisa Muñoz/SIPSE

CANCÚN, Q. Roo.- Al llamado de los Abuelos mayas para celebrar con ellos este 21 de diciembre el renacer del ser humano, acudieron representantes de pueblos originarios de lugares como Perú, Hawai, Argentina, Guatemala, Canadá y hasta Siberia, quienes compartieron entre ellos su sabiduría y creencias, convergencias que ahora son la base de lo que será el Consejo Mundial de Pueblos Originarios, que no sólo contará con el aval de la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (Unesco), sino que busca difundir el mensaje de hermandad y respeto que rige a cada uno de dichos pueblos.

 

Dicho proyecto, que llevó más de 11 años en tomar forma, este 21 de diciembre sienta sus primeras bases, ya que los dignatarios de otros pueblos originales fueron invitados por los guardianes de preservar la cosmovisión, conocimiento y tradiciones de los mayas no sólo para difundir el mensaje y sabiduría de sus pueblos, “sino para empezar a construir un camino sólido por medio del cual se organiza y reproduce, con una ruta y un sentido, las ideas de los pueblos originales”, expresó Carlos During, miembro del comité organizador y coordinador del Comité de Identidad y Desarrollo Cultural (CIDC) del ITI Unesco por América Latina y el Caribe, así como del proyecto del “Llamamiento del Consejo Maya del Nuevo Sol Tumulkin”.

 

Se destacó que con este encuentro mundial de las culturas, como se le denominó al evento, se espera concretar las primeras acciones para que en un futuro cercano, ya se tenga a los miembros del mencionado consejo mundial,  y de esta manera ya se tenga una verdadera representatividad de las culturas originales, mismas que, estimó During, conforme se vaya afianzando y fortaleciendo el proyecto puedan empezar a trabajar en conjunto y de manera individual en sus propios países y pueblos.

 

Para todos los dignatarios y representantes de los pueblos originales que estuvieron en las ceremonias de este viernes, la visión apocalíptica que se difundió sobre este 21 de diciembre,  nada tiene que ver con la visión que comparten todos estos pueblos “de que éste es el momento o era del equilibrio, en el que los seres humanos debemos conectarnos y respetar a la madre naturaleza”.