“Operación Milagro” venezolano terminó en tragedia

El director del Hospital General dijo que los pacientes no acudieron por sus sesiones de seguimiento.

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Especialista atiende a personas de escasos recursos. (Manuel SalazarSIPSE)
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Manuel Salazar/SIPSE
FELIPE CARRILLO PUERTO, Q. Roo.- Catalogado durante la administración municipal perredista de Eliseo Bahena Adame, hace seis años, como la panacea que devolvería la vista a personas de escasos recursos de la tercera edad en la zona maya, el programa “Operación Milagro” del extinto presidente venezolano Hugo Chávez Frías, derivó en una desgracia para quienes se sometieron a operaciones en aquel país.

Y no es que los médicos especialistas que atendieron a las pocas personas que se trasladaron hasta Venezuela hayan sido malos, sino el abandono, la desidia y el desinterés del gobierno municipal de aquel entonces, que no cumplió con regresar a los pacientes para las sesiones de seguimiento, ni aplicó el procedimiento profesional necesario para cada uno de los casos, afirmó David Maas Canul, director del Hospital General carrilloportense en esa época.

Recordó que el gobierno de Venezuela ofertó operaciones dentro de su esquema de atención para personas de escasos recursos, con la consigna de que tendrían que ser trasladados a ese país para ser intervenidos; solicitaron a las autoridades migratorias todas las facilidades para beneficiar al mayor número de enfermos, situación que apoyó el entonces gobierno de Vicente Fox Quesada, pese a mantener tensas relaciones con el gobierno de Hugo Chávez.

Incluso, urgido en reducir la pésima imagen de su administración, que tuvo el lema de “Un Gobierno diferente”, Eliseo Bahena buscó algunas personas de las comunidades y acomodó entre ellas a funcionarios de su gabinete, que eran el grueso del contingente que viajó a Venezuela, más para conocer aquel país al que nunca soñaron que viajarían, que para ser operados, dejando fuera a personas que realmente requerían de esa atención, aseguró el síndico de ese Ayuntamiento, Pablo Moo Falcón.

El problema llegó poco después: la falta de cuidados y la ausencia de un expediente médico que diera a un especialista la idea del tratamiento que les aplicaron en Venezuela, ocasionó que en lugar de mejorar, la situación de algunos de los pacientes empeorara, llegando, incluso, a perder la vista algunos de ellos.

Jaime Kahuil Canché, quien fue requerido desde la comunidad de Chunyá para ser intervenido, aseguró: “Yo sentí alegría porque me dijeron que iban a devolverme la vista que estaba yo perdiendo, fuimos allá en avión, los doctores me dijeron que necesitaría reposo, pero el primer problema surgió porque al siguiente día de que me operaron, Eliseo dijo que nos regresemos y lo que me hicieron ya no tuvo los resultados que esperábamos”, explicaba.

Yolanda Nahuat Yah, originaria de la comunidad de X-Hazil, explicó que los encargados de buscar a las personas ofrecieron primero el servicio a quienes eran activistas del PRD, y si no se completaban entonces buscarían a más gente en las colonias. “Yo fui porque mis hijos me animaron, viajé acompañada de mi esposo, luego de que regresamos tuve que ir varias veces a las clínicas de la ciudad de Mérida, pagando un dinero que no teníamos y al final, definitivamente perdí el ojo derecho, nada se pudo hacer para salvarlo”, dice la mujer.

No obstante, pese a que no fue lo que en esencia perseguía aquel proyecto promovido por el gobierno venezolano y en cambio representó problemas para quienes aceptaron incluirse, aún sabiendo que no era real lo que manejó el entonces presidente municipal, dedicó en su informe de labores una cuartilla completa a ese programa, agenciándose lo que llamó “Un convenio de beneficio social con la hermana república Bolivariana de Venezuela”, en un proyecto que al final ni fue operación, ni resultó milagro.

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