Tihosuco, tierra de historia maya en el olvido

El director del Museo de la Guerra de Castas lamenta que el turismo beneficie poco a los habitantes.

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La iglesia de Tihosuco es uno de los edificios más emblemáticos de la comunidad. (Manuel Salazar/SIPSE)
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Manuel Salazar/SIPSE
FELIPE CARRILLO PUERTO, Q. Roo.- Hace falta un interés genuino para asegurar que, quienes toman las decisiones realmente aprecien el agregado que representa la marca maya que tanto comercializan en el país y el extranjero sin que los habitantes de esta tierra lleguemos realmente a ser los beneficiarios de esa explotación de lo que podría considerarse una franquicia, lamenta Carlos Chan Espinoza, Director del Museo de la Guerra de Castas en Tihosuco.

Con estas palabras expresa el deseo de que esa tierra tan prodigiosa, bañada de cultura, tradiciones, usos y costumbres, pero también de mucha historia, sea integrada plenamente a los planes de turismo que perfilan cada año las instituciones tanto estatales como nacionales encargadas de generar impulso a ese sector.

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Él conoce el interés y la pasión que en mucha gente extranjera despierta la odisea que vivieron los indígenas mayas, los feroces combatientes, los dueños de esta tierra que fueron sometidos por el yugo opresor hasta que un puñado de líderes mayas decidieron emprender una rebelión que se extendió desde esta zona por prácticamente toda la península yucateca.

Atrayente calma

En cada casona de cal y canto que conforma lo que era la antigua Jotsuc o Tihosuco como se le conoce hoy, la historia y los pasajes heroicos se vuelven silenciosos, quien llega al mediodía a este lugar es testigo de un barullo que todo lo envuelve, a esa hora poca gente anda por esos callejones tantas veces caminados por los pies descalzos de los indígenas y las botas de militares o hacendados que buscaban apaciguar el movimiento libertador de los mayas.

Carlos Chan, medita y reconoce esa historia que hoy piensa heredar a sus hijos, a sus nietos y las futuras generaciones.

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