Promueven cultura de una sana alimentación en Chetumal

Para prevenir la diabetes infantil aconsejan llevar una dieta balanceada, rica en frutas y verduras.

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Es necesario que los padres de familia vigilen la alimentación de sus hijos y lo que consuman en las escuelas. (Francisco Sansores/SIPSE)
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Andrea Mellado/SIPSE
CHETUMAL, Q.Roo.- La cultura no solo consiste en costumbres y tradiciones de lenguaje, de bailes o de canto, entre otras expresiones. Existe una más importante aún, y que de no emplearla de la manera correcta, nuestro organismo se puede ver afectado de diversas maneras, y hoy en día representa un gran reto para la sociedad: La cultura de una sana alimentación y de una correcta actividad física.
 
Después del período decembrino vacacional, en donde damos rienda suelta a nuestros antojos y disfrutamos de diversas cenas y posadas, llega la hora del retorno a empleos y en el caso de los niños, a su salón de clases.
 
Sin embargo, es una realidad que año con año los pequeños se enfrentan a una enfermedad que puede desencadenar un problema grave de salud en un futuro no muy lejano: la obesidad.
 
Lo más preocupante es el aumento de la incidencia en la población infantil, lo que hace vulnerables a los niños a desarrollar padecimientos incurables, como hipertensión arterial (aumento de la presión sanguínea), diabetes mellitus (cifras altas de glucosa) y dislipidemia (niveles elevados de colesterol y triglicéridos en sangre).
 
Quintana Roo está entre los primeros cinco lugares de obesidad infantil a nivel nacional, de ahí la necesidad imperiosa de tomar medidas para evitar que este problema se incremente aún más.
 
Una de las formas para tener el control de la alimentación de los infantes es hacer de 3 a 5 comidas diarias, por ejemplo: desayuno, a las 7:00; colación, a las 10:30; comida, a las 15:00; segunda colación, a las 18:00, y cena, a las 20:00, establecer horarios de alimentación, aumentar consumo de verduras, disminuir ingesta de carbohidratos simples; en particular, bebidas dulces, golosinas y disminuir consumo de grasas.
 
Es importante que los niños desayunen en sus casas y que se les mande un “lonche” que incluya frutas y aguas naturales para evitar los antojos y a su vez el que tengan que comprar comida chatarra.
 
Por otro lado, en entrevista con el licenciado en educación física Edwin Loya Méndez, comentó que para los niños y jóvenes estudiantes, la actividad física consiste en juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias, musculares y la salud ósea.
 
“Es recomendable que los niños y jóvenes de 5 a 17 años inviertan como mínimo 60 minutos diarios en actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa, y por un tiempo superior a 60 minutos diarios reportará un beneficio aún mayor para la salud siendo en su mayor parte aeróbica. Convendría incorporar, como mínimo tres veces por semana, actividades vigorosas que refuercen, en particular, los músculos y huesos.” Dijo.
 
Hace algunos años la Cámara de Diputados aprobó cambios en los artículos 65 y 66 de la Ley General de Salud, en los cuales se prohíbe la venta de comida chatarra en escuelas y hacen obligatoria la práctica de actividad física 30 minutos al día en los planteles, pero hasta el día de hoy podemos observar dentro y fuera de muchas escuelas la venta e ingesta de estos productos y peor aún, la poca importancia y disciplina a las clases de educación física.
 
Los padres de familia tienen la obligación de hacer conciencia y concientizar a sus hijos sobre la importancia de alimentarse sanamente y de hacer algún deporte o ejercicio físico. Muchas veces los mismos padres originan el problema, al permitir que los niños consuman alimentos chatarra antes de preparar una comida sana y al fomentar el sedentarismo
 
Las causas van desde la apatía, hasta la comodidad de comprar un refresco antes de preparar aguas naturales que sí son nutritivas, pero sobre todo, a la falta de una verdadera cultura alimenticia.
 
Es de suma importancia hacer conciencia que nada servirá si los padres de familia siguen permitiendo que sus hijos consuman alimentos chatarra sin poner el ejemplo y sin volver los buenos hábitos alimenticios y la costumbre de ejercitarnos en una cultura a seguir, y sobre todo, a heredar.
 

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