Propinas y comisiones amortiguan los bajos salarios
Los trabajadores playenses <i>se las ingenian</i> para cubrir con su sueldo los gastos mensuales.
Luis Ballesteros/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- La situación de Viridiana, quien trabaja en un hotel de la Riviera Maya, es parecida a la de muchos en la ciudad: a la semana percibe un salario de 600 pesos por jornadas de ocho horas, es decir, 100 pesos por día aproximadamente, cantidad que apenas alcanza para las compras de cada semana.
La ayudante de cocina del hotel Royal comenta que tanto ella como su pareja, mitigan un poco el gasto de alimentación, porque diariamente hacen una comida en el centro de hospedaje donde laboran.
Los dos están agremiados a la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesino (CROC), sindicato que agrupa a cerca de 24 mil trabajadores del ramo turístico, más seis mil de otros sectores.
Viridiana y las propinas
El gasto mensual de Viridiana y su esposo en productos de primera necesidad lo calculan en 2 mil 500 pesos, prácticamente los 600 pesos que gana ella a la semana. Compran papel higiénico, pasta de dientes, jabón para manos, champú para el cabello, detergente para trastes, ropa, y demás productos de la canasta básica.
A lo anterior se suma la renta de 2 mil 500 pesos que se paga con el sueldo de su esposo. El ingreso de las propinas, que varía según la temporada y horarios de trabajo, es para el transporte, y si sobra algo, “es para darse algún gustito”, afirma la trabajadora.
Se estira el ingreso
La historia de esta pareja se repite en un amplio sector de Playa del Carmen, que percibe un salario por debajo de las necesidades básicas, lo que lleva a las familias solidarenses a racionar la comida, comprar verduras en volumen y a que más de un familiar aporte recursos al hogar.
Ante los bajos salarios, comer solo, fuera de casa, se convierte en un “lujo”; por ejemplo, acudir a un puesto de tacos implica un gasto de 50 pesos; en un restaurante, de 100 a 200 pesos y, en uno de la Quinta Avenida, 400 pesos, mientras que la percepción diaria de los trabajadores operativos apenas llega a los 63.77 pesos, por una jornada de ocho horas.
Kiara depende de las comisiones por venta
Otro caso es el de Kiara Luna, de 18 años, quien trabaja desde hace tres meses en un negocio de calzado en el Centro Maya. Trabaja para apoyar en el gasto familiar.
A diferencia de Viridiana, ella no recibe propinas. La empresa para la que trabaja compensa los 90 pesos que le pagan por una jornada de seis a ocho horas, con comisiones. Es decir, si Kiara vende uno o más pares de zapatos, gana el 5% de la venta total. Esta es una forma con la que otras empresas compensan el ingreso de sus trabajadores.
Juan prefiere no tener jefe
En el caso de Juan Díaz, él es el único sustento del hogar, trabaja en la albañilería por su cuenta, cobra 400 pesos por 12 horas continuas.
Él prefiere el trabajo independiente porque tiene cuatro hijos y el sueldo mínimo que pagan algunos contratistas, de 150 a 200 pesos diarios, es insuficiente.
Todos los fines de semana ofrece servicios de albañilería en el parque Lázaro Cárdenas, en un día gana hasta 600 pesos, depende de la cantidad de servicios de albañilería o plomería que brinde.