Teresa Pérez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- La obsesión de estar al día en avances tecnológicos de uso personal como son celulares, computadoras, agendas electrónicas, cámaras digitales, o de video, causa estrés y depresión.

Este síntoma se alinea cuando hay un conflicto entre la tecnología y su adopción dentro de la vida diaria. Para Paula Carrizosa Martínez, psicóloga social, la relación persona-aparato se vuelve patológica por los cuadros de ansiedad, nerviosismo, fatiga e incluso adicción.

Estrés por estar a la vanguardia de la tecnología 

El estrés causado por adquirir lo más nuevo en tecnología personal, aparece en el momento en que alguien se enfrenta al dilema de adquirirlo. Provoca ansiedad, e incluso, hasta insomnio, porque piensa en cómo obtenerlo.

Para estas personas realizar una búsqueda ya representa una presión innecesaria, porque a pesar de querer la novedad, nada cumple con lo que quiere, y si no logra el objetivo, producirá gran frustración.

Nunca se termina la búsqueda 

La especialista explicó que cuando la obsesión va en aumento, al poco tiempo de adquirir un nuevo gadget, ya no produce placer y satisfacción por tenerlo, lo ven pasado de moda e inmediatamente lo reemplazan por otro modelo más avanzado.

Jorge "N" pasaba largas horas navegando en la red en mercado libre, el “gusto” por comprar por internet lo más nuevo, lo tenía desconectado de sus amigos, a quienes solamente a través de un mensaje, por las redes sociales, lo acercaba a ellos.

Necesidad extrema de mantener el celular a la mano 

El tecnoestrés se manifiesta con ansiedad por el abuso de las tecnologías como la necesidad extrema de mantener el celular a la mano y responder todos los mensajes inmediatamente y presta poca atención al diálogo
entre amigos y familia

La psicoterapeuta recordó el caso de un paciente que llegó a terapia buscando una explicación a la ansiedad y frustración que le provocaba el ser dependiente a sus celulares. Durante la consulta, más de dos ocasiones uno de sus tres celulares sonó.

De manera abrupta, interrumpió la sesión para contestar la llamada. A los poco minutos, otro de sus teléfonos comenzó a sonar.

Las recomendaciones para aquellos que crean que están sufriendo este padecimiento son acudir al médico para
iniciar un tratamiento, este dependerá de si es ansiedad, depresión o adicción.