Puente de Espías, una película interesante

Escrita por Joel y Ethan Cohen, dirigida por Steven Spielberg y protagonizada por Tom Hanks.

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Por Rafael R. Deustúa

Antes de que Ian Fleming dotara de fantasía al espionaje y Robert Ludlum le inyectara adrenalina, las novelas de espías estas eran realistas, pero terriblemente lentas en un duelo de inteligencia sin gadgets de ciencia ficción ni supersoldados amnésicos. Steven Spielberg decidió que éste es un buen momento para volver a esas historias, pero le falla la realización.

En plena histeria por la constante amenaza nuclear de la guerra fría un espía ruso es capturado en Estados Unidos, la sociedad pide la pena de muerte, pero el gobierno encarga a un bufette de abogados que le den un defensor competente y así Jim Donovan llega a un caso perdido que cambiará su vida sólo por que él se niega a renunciar a sus principios.

Escrita por Joel y Ethan Cohen, dirigida por Steven Spielberg y protagonizada por Tom Hanks, sólo ahí hay 13 Oscar ganados entre esos cuatro artistas, sin contar otros premios ni nominaciones; es el “dream team” de Hollywood y sin embargo su película aunque buena no es lo que se esperaría.

Spielberg abre muy bien al presentarnos a Abel, acusado de espionaje, pero luego de ello se pierde en las siguientes escenas al tratar de involucrarnos al mismo tiempo con un piloto espía, el terror de los niños a la guerra nuclear y otros elementos de 1960 necesarios para entender la historia. El problema es que los añade con la historia ya encaminada y a veces sin aparente vinculación, confundiendo la narrativa.

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También tiene algunas secuencias muy largas sin necesidad, lo cual provoca somnolencia, no suspenso.

Sin embargo una vez que logra arrancar la historia y tomar ritmo esta se desarrolla muy bien, pero para entonces queda poco tiempo de película.

Tom Hanks se desempeña muy bien como el abogado Donovan, tiene buenas frases acerca de los principios éticos por los cuales se rigió ése hombre y que justifican su apego a las leyes, varios buenos diálogos, pero no termina de dar credibilidad al personaje. Parte del problema es que no deja de ser Tom Hanks, por un lado, y por otro que cada que Mark Rylance aparece en pantalla lo opaca.

La fotografía de Janusz Kaminski (2 Oscar) tiene mucho juego de luces y encuadres, con una belleza fría muy cuidada que recuerda al pintor Norman Rockwell. Se maneja en tonos fríos y apagados, salvo en casa de Donovan, como resaltando que es el hogar. Escenografía, vestuario y dirección de arte en general están bien trabajadas para ambientarnos en la época.

Una buena cinta, con algunos muy buenos momentos de cada uno de los artistas involucrados, pero que en conjunto no funciona del todo.

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