Sociedad incompleta

México es uno de los países más machistas que existen en el mundo.

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Las estadísticas que revelan la violencia que se ejerce en contra de las mujeres y niñas en México son en verdad aberrantes y alarmantes; en este espacio no detallaremos esos datos duros que otros colegas han hecho con profusión, pero daremos nuestra opinión sobre este tema que debe hacernos reflexionar ya sobre lo que nos toca hacer para transformar esa realidad.

¿Cuáles son las causas que provocan que en nuestro país, la violencia antifeminista crezca de una forma desmesurada, a pesar de las campañas que se desarrollan para concientizar a la sociedad, respecto a que todos tenemos el mismo derecho de vivir una vida plena, sin otro límite que aquél que la ley nos imponga? 

Hemos hablado en varias oportunidades acerca de que México es uno de los países más machistas que existen en el mundo y es que los mexicanos traemos la herencia cultural de los pueblos prehispánicos que veían a la mujer como un simple objeto de placer, de reproducción y de sumisión.

A la llegada de los españoles, quienes traían consigo una mentalidad católica ultraconservadora, la mujer era vista como alguien que debía ser sometida a la voluntad del varón en todo momento, al grado de convertirse en un ser sin derecho a casi nada. 

Sería un despropósito asegurar a pie juntillas que en la actualidad, el trato que se les da a las mujeres sea igual; sin embargo, aún persiste en la mente de muchos hombres la idea de que pueden hacer lo que quieran contra ellas y eso se va gestando desde el hogar, para convertirse después en un comportamiento social. 

Pero si usted cree que el abuso contra las mujeres ocurre solamente en los estratos más pobres de nuestra sociedad, la realidad es otra: muchas mujeres con estudios profesionales y posibilidades económicas que les permita no depender de la figura masculina, también son víctimas del machismo.

Aquí queda claro que persiste en el inconsciente femenino el sometimiento al hombre, muy a pesar de que han pasado décadas de luchas para reivindicar los derechos de las mujeres y una sociedad que no las respeta no puede considerarse moderna ni completa. 

Si queremos vivir en un mundo igualitario, debemos luchar todos para que las mujeres ocupen de una vez por todas un lugar junto al hombre en las mismas condiciones, no detrás de él como si fueran menores de edad a los que hay que corregir siempre.

Un personaje histórico alguna vez dijo que la mujer sostenía la otra mitad del cielo, haciendo alusión a que se complementaba con el hombre para cumplir con una existencia plena donde ninguno sojuzgara al otro.

Esas palabras en muchos países y sociedades como la mexicana es letra muerta, las mujeres siguen siendo víctimas de un machismo trasnochado, ultraconservador, que no debería existir en estos tiempos modernos. La diferencia entre un hombre y una mujer no debería estar relacionada con aspectos de género, sino de su capacidad para transformar el mundo en beneficio de todos.

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