Teresa Pérez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Uno de cada 10 menores de 21 años padece tics o movimientos involuntarios del cuerpo, y en algunos casos el síntoma aumenta por situaciones de estrés.

Los tics aparecen en personas de todas razas y culturas, son respuesta de un trastorno neurológico que empuja al que lo sufre a realizar movimientos y sonidos de forma involuntaria y sin un objetivo concreto, que se repiten irregularmente y aumentan con las situaciones de estrés, comentó Rafael Maciel Morfin, neurocirujano de la iniciativa privada y pública en Quintana Roo.

Aparecen varias veces al día y en tres tipos: síndrome de Tourette, tics crónicos o tics transitorios y van desde parpadear, despejar la garganta, encogerse de hombros, repetir palabras, tararear, girar, y muy raras veces quien lo padece repite palabras altisonantes.

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Los transitorios aparecerán un par de semanas; en cambio en el síndrome de Tourette y crónico, los movimientos involuntarios motores y vocales permanecerán desde dos meses hasta un año. 

¿Por qué aparecen? La población masculina tiene hasta tres veces más riesgo que las mujeres en desarrollar la enfermedad, debido a que la predispone una carga genética del padre.

De acuerdo con el especialista, la localización, el número de frecuencia, la complejidad y la gravedad de los tics cambiarán con el tiempo y afectarán principalmente a la cabeza, extremidades superiores, tronco o extremidades inferiores, que estarán propensos a este tipo de movimientos incontrolados. 

“Hay quien produce sonidos como gruñidos, aullidos, olfateo, carraspeo, toses o expresan palabras repetidas, o incluso dicen groserías, es decir, son estimulaciones cerebrales involuntarias a lo que ellos quisieran hacer”, explicó. 

Los tics crónicos y el síndrome de Tourette inician en la niñez o al principio de la adolescencia, y desaparecen en la adultez.

Los tics en los menores son temporales y surgen por situaciones de estrés, o cuando hay alguna tensión familiar, ante este cuadro, se recomienda que hagan actividades que los relajen para disminuir las crisis, comentó Aurora Meza Morales, presidenta del Colegio de Pediatría de Quintana Roo.

Para el neurocirujano son de importancia los estudios que se realizan en México y a nivel mundial, pues tiene conocimiento que genetistas descifran una parte del cromosoma 2 para conocer la susceptibilidad de los tics y sus variantes.

Eventos estresantes u ocurridos en el período prenatal o perinatal que hayan causado daño al cerebro en desarrollo, también son condicionantes para la aparición de estos tics, debido a que se han presentado más en niños que tuvieron complicaciones obstétricas que en los que no tuvieron.