Dos basureros
La capital del estado atascada con toneladas y toneladas de desechos...
La capital del estado atascada con toneladas y toneladas de desechos y con tal saturación del vertedero en el poblado de Calderitas, que su población reclama su cancelación o procederán a cercar el acceso, hasta que el municipio de Othón P. Blanco tenga otro espacio con capacidad para acumular la basura sin contaminar el manto freático y larga duración, o, que vayan instrumentando con la iniciativa privada una planta recicladora de desechos con la participación de los pepenadores.
El tema es escabroso y por dos o tres trienios el gobierno municipal ha tenido oportunidades de concertar diferentes empresas con capacidad para tratar la basura, pero la condición de la recolección y el cobro por tonelada recibida y tratada impidió un buen negocio que sería dejar la recolección, transporte, acumulación y tratamiento sin costo para el empresariado y que tampoco niegue el beneficio particular de los pepenadores con la empresa beneficiaria.
Lo anteriormente expuesto es, quizás, responsabilidad del Ayuntamiento capitalino, por los riesgos para la salud y la contaminación de los mantos freáticos y otras enfermedades respiratorias y bacteriológicas que gracias a la tolerancia y la percepción de riesgo, la población de Chetumal y Calderítas soportan estoicamente.
El otro basurero, es Chetumal, que aunque todavía es poco conocida turísticamente, es un espacio con potencial a futuro y en términos de representatividad, es la capital de un estado líder en el mundo, que conserva un lugar predominante en la mira de los desarrolladores e inversionistas: pero, las herencias de los Ayuntamientos pasados dejaron enormes deudas, incapacidad para construir banquetas o aceras, mantener la ciudad iluminada para inhibir los delitos que se cometen contra transeúntes al amparo de las sombras, un tiradero de basura que rebasan ampliamente la visibilidad y contaminan, al grado que el pasto de parque y camellones está creciendo y ocultando el o los tiraderos; los baches que reparan después de días de abandono que se convierten en trampas para los vehículos que transitan sobre ellos, ineludiblemente.
Un Ayuntamiento, cuyo inicio recientemente ocurrió y su presidente municipal electo, con licencia, dejó en manos de un regidor resolver o atender lo que por ley está obligado y con el cabildo trabajando eficientemente en atención al servicio que debieran afrontar; Chetumal debería ser ejemplo de limpieza, atención y pulcritud, misma que da pena habitar en ella y que supuestamente será la sede de la Secretaría de Turismo y ¡Al tiempo!