El despertar
El escenario electoral para acudir a las urnas el próximo 2 de junio, contempla a seis estados de la República...
El escenario electoral para acudir a las urnas el próximo 2 de junio, contempla a seis estados de la República Mexicana y que van desde dos para gobernador Puebla y Baja California sur y cuatro más que elegirán a sus congresos como lo es Quintana Roo con 15 diputaciones de Mayoría Relativa y 10 de Representación Proporcional, plurinominales, y la XVI Legislatura tiene en campaña a 10 contendientes cuya composición son ocho nacionales y dos locales y sus respectivos candidatos que se ufanan por convencer a los electores.
Lo cierto es que ya la demagogia no es moneda de cambio y los utilitarios o compra de votos va perdiendo la oportunidad de convencimiento y la punibilidad en materia electoral se considera grave, de manera que quien se atreva a actuar fuera de la ley, se haría acreedor a perder su libertad por mucho tiempo.
Todo se circunscribe a mantener el espíritu de competencia apelando a la creatividad y buscando definir qué hace un legislador y a qué no debe comprometerse por ser atribuciones de las autoridades administrativa ejecutiva. El ciudadano, en base a experiencia y verse defraudado en los compromisos de campaña exigen propuestas manejadas con congruencia.
La escasa politización del mexicano se debe a que en los períodos de promoción del sufragio en tiempos no electorales, por parte de las instituciones, partidos políticos o pluripartidismo (financiado por el erario de los estados o la federación), estos incumplen con su tarea de capacitación a la ciudadanía, activándose únicamente en los procesos electorales.
El 2 de junio próximo, en Quintana Roo tenemos el reto de acudir a las urnas con sentido cívico para dar cumplimiento al derecho a votar toda vez que nos pronunciamos por determinado candidato, que sin importar partido y afectos, exijamos a los legisladores, que no son de nadie en particular, se convierten en representantes del pueblo y a ellos se deben; y a la sociedad, en lo general, mirar a estos representantes como servidores públicos bajo la vigilancia y exigencia de los habitantes del estado y ¡Al tiempo!