El domingo 2 de junio se escenificó una más de las elecciones en un proceso inédito cuya demostración determina que el agotamiento de los partidos políticos y los procedimientos de la Ley Electoral nacional, Legipe, y la Ley Estatal Electoral pasaron sin pena ni gloria, por un abstencionismo nunca visto en los peores escenarios.

El pasado fin de semana, sin culpar a la lluvia y los funcionarios de casilla ausentes que se instalaron después de las nueve horas, que inhibieron la intención ciudadana para sufragar, en las elecciones de seis estados, el mayor índice de participación fue un poco arriba del 20%, de modo que aunque en las leyes electorales de los competidos, con el mínimo de sufragios se validan los triunfos que penosamente dejan un sentido fracaso de los considerados en las listas nominales para votar.

Nada que reclamar, la democracia incipiente, no remite los procesos a una segunda vuelta que determine la competencia de los dos partidos que hayan obtenido menos del 50% más uno de los sufragios válidos en las boletas escrutadas y computadas en las casillas de los distritos electorales instaladas y la promoción al voto por parte de los árbitros electorales para acudir a la fiesta dominguera electoral.

Envoltura de tortillas y un esfuerzo inútil de los candidatos por convencer al electorado, no llamaron la atención de los ciudadanos hartos de mentiras y agravios.

Hoy tenemos una composición de la XVI Legislatura sin definir exactamente las o los que ocuparán las curules en el Congreso Estatal, pero deja mucho que desear que el 22% más- menos decidió quién o quiénes representarán al pueblo quintanarroense y los resultados a futuro, de su trabajo técnico jurídico legislativo relacionado con lo necesario para regular la vida y las formas de gobierno en lo administrativo y judicial.

Que la esperanza ciudadana, por menos que haya sufragado, se vea coronada con la atención a las ofertas que todos los aspirantes en la campaña ofrecieron cumplir en favor de la economía, seguridad, promoción de servicios para apoyar a los ayuntamientos, nos dejen ver que la curul no es para enriquecer ni manipular y que la pluralidad es divisa de acuerdos para concluir el período sexenal y ¡Al tiempo!