Al cumplirse un año de la elección presidencial de México, Andrés Manuel López Obrador presentó un informe de resultados sobre sus 100 compromisos de campaña, mismos que de acuerdo a sus capacidades, supuestamente logró 78 y de los 22 pendientes destacó: la inseguridad, la economía, el combate a la corrupción, la inversión para el desarrollo, Pemex, generación de electricidad, aeropuerto Santa Lucía, incluido el abasto de medicamentos. Pues bien, todo cupo en un evento en el zócalo abarrotado por personas de la Ciudad de México y entidades cercanas.

Para semejante acto público hubo apoyo de transporte para todos aquellos cuya economía, todavía precaria, carecían de recursos para asistir a rendir tributo a ¨cabecita de algodón¨, aplaudir y reconocer la popularidad de su presidente que informalmente presentaba al pueblo los resultados de su gestión desde que fue reconocido su triunfo en las urnas por más de 30 millones de votos.

Ni más ni menos que la continuidad de una campaña permanente que se ratifica de manera cotidiana con sus conferencias mañaneras y giras por el país convirtiendo sus actos en otorgamiento de demandas o solicitando a voto alzado, la cancelación o aprobación de inversiones en obras o servicios comunitarios o estatales. Cuasi autoritarismo a modo caciquil o la peculiar Cuarta Transformación que de izquierda no da muestras congruentes con las doctrinas o corrientes ideológicas.

La formalidad, la establecida por López Obrador a futuro para informar cada día 1 de julio de todos los años de su gobierno hasta el término de su mandato, independiente del que Constitucionalmente debe rendir ante el Congreso de la Unión el 1 de septiembre, ya sea por sí mismo o la Secretaría de Gobierno, entregar por escrito, el primer informe del ejercicio administrativo y sucesivamente hasta la conclusión de su mandato.

Por cierto, uno de sus mensajes en rebeldía, al no triunfar -años antes- en la contienda electoral para presidente fue, “al diablo con las instituciones” y en mi opinión, está cumpliendo, incluso, mandatando a los otros dos poderes de la unión, resultados positivos a sus propuestas, negativas o afirmativa para continuar con sus ideas u ocurrencias, ejerciendo un poder absoluto o dictatorial respaldado por una mayoría relativa de sus fanáticos que votaron a su favor el 1 de julio de 2018; sin embargo, antes del año de gobierno, las encuestas de diferentes empresas encuestadoras, aprecian una baja en su aceptación y ¡Al tiempo!