Ratas de rostros blancos

A Fredy Marrufo Martín, operador financiero de los sexenios anteriores, no le pudieron echar el guante...

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A Fredy Marrufo Martín, operador financiero de los sexenios anteriores, no le pudieron echar el guante. Poco se podrá hacer, pues, para cazar a los presuntos desfalcadores del estado.

No contaban con su astucia: el exfinanciero del exgobernador cozumeleño Félix González Canto y operador tras bambalinas de Roberto Borge Angulo obtuvo la protección de la justicia federal, por lo que al momento sus perseguidores podrán hacerle poco menos que lo que el viento a Juárez: nada.

Claro que ahí no acaba la cosa. Los procesos contra Roberto Borge no sólo siguen, sino que son cosa de moda: si como su émulo niño bien priista Javier Duarte de Ochoa – exgobernador de Veracruz– se entrega las cosas no pintan tan bien, pero tampoco tan mal.

No se vislumbra cárcel. Tampoco exoneración.  Borge, a pesar de las obscenas notas que lo ponían lavando baños, probablemente no acabará haciendo limpieza en los sanitarios de un presidio.

Fredy Marrufo, al igual que sus jefes, la libró.  Lo mismo pasará con sus patrones, por más que los pinten con trajes de rayas –polos azules– a punto de ejecutar vergonzantes faenas en el presidio: para eso tienen mucho, mucho dinero. Nada contra ellos ni contra sus cuates.

En tratando de eso pues, este rotativo publicaba ayer descaros de funcionarios que no se taparon ni atrás ni enfrente para robar. Cínicos bandidos cobijados en la función pública.

Son gente importante, de guantes largos, de buena presencia. Están, para el abanico político mexicano, en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y hasta en Morena. Son rostros bonitos de los cuales nadie sabe ni quiere saber.

¿De quienes hablamos? Los cacharon en la Secretaría de Infraestructura y Transporte (Sintra) tras que trascendiera una grabación de sus felonías. Ratas presuntas. ¿Qué más? Si este gobierno busca limpiar la función pública de estas exhibiciones debiera sacar los esclarecimientos de las corruptelas.

Hay más: los operadores financieros no son los máximos culpables. Falta que la justicia les eche el guante y suelten la sopa.

 La dicha inicua…

Ya sabemos: Javier Duarte de Ochoa es la magia de México. Se supone que en Guatemala el exgobernador de Veracruz tuvo que lavar baños al igual que el exgobernador quintanarroense Roberto Borge Angulo. No lo creemos  Dinero mata dinero. No pensemos que los expoderosos se salven de la penalidad, pues, pero no es para tanto.

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