Claudia Martín/SIPSE
CHETUMAL, Q.Roo.- Especialistas del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), junto con autoridades del vecino país de Belice, reprograman la búsqueda del pez diablo en los márgenes del Río Hondo, pues aseguran que el trabajo coordinado con autoridades y pescadores es la única forma de mantener un monitoreo de la especie invasora.

Juan Jacobo Schmitter Soto, investigador de Ecosur quien es el responsable del tema,  comentó que en agosto, en coordinación con el departamento de Pesca de Belice, realizaron ya dos recorridos por la zona en donde se ha detectado la presencia de esa variedad de pez.

“No encontramos nada afortunadamente, aunque esto no quiere decir que no estén ahí. Incluso, hay fotografías y un individuo fue capturado. De ahí la preocupación de que pudiera llegar a las aguas de la entidad, particularmente a Bacalar”, dijo.

Derivado de la cooperación que se ha establecido con las autoridades del vecino país, comentó que están trabajando en realizar análisis de muestras de ADN a tejidos de piel del  pez que les enviaron de Guatemala y Belice para determinar si el ejemplar capturado acá es la misma especie la que ya se encuentra en las aguas de esos países y tres meses aproximadamente podrían tener los resultados.

Dijo que continuarán colaborando con autoridades de pesca de Belice a fin de establecer estrategias para, en la medida de lo posible, evitar que el pez diablo llegue a Quintana Roo, así como con los pescadores, quienes juegan un papel muy importante ya que son los que cuando lo detecten, tienen que reportarlo de inmediato.

Hizo un llamado a los pescadores para que en caso de que detecten algún ejemplar de este tipo en aguas locales de inmediato lo maten.

“De nada sirve que lo dejen fuera del agua ya que tiene una resistencia poco común, puede durar hasta 12 horas fuera del agua sin morir”, agregó.

Finalmente dijo que el Pez Diablo protege celosamente su territorio, lo que impide desovar a otras especies, busca su alimento en el lecho de ríos y lagos y, con frecuencia, consume también los huevecillos de otros peces, como bagres y tilapias.

Investigaciones en otras partes del país, como Tamaulipas, refieren que el pez posee plomo y mercurio que son elementos altamente contaminantes.