Rubí Velázquez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- “Dios me hizo un llamado y gracias a ello, ahora trabajo en ser una mejor persona cada día”, es lo que dijo Martín Isidro Segovia Huicab, de 52 años, dedicado la mayor parte de su vida al boxeo y quien representará al apóstol Pedro, dentro de las actividades de Semana Santa, arrancando ayer con el Lavatorio de Pies.

Para él, es un honor hacer esta representación, luego de que permaneció lejos de la iglesia por varios años, al mismo tiempo que se alejó de Quintana Roo, ahora desde su llegada a Cancún en 2012, ha trabajado arduamente para recuperar el tiempo perdido sirviéndole a Dios. 

“Como todo humano he cometido muchos errores en mi vida, por ello lucho cada día para resarcirlos”, fue lo que con lágrimas en los ojos y agachando la cabeza destacó el hombre.

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“Ahora mi vida es diferente, encontré a una hermosa mujer que él puso en mi camino y por la que le doy gracias cada día”, ella y sus hijos son su vida.

El participar lo llena de entusiasmo y lo hace sentirse pleno de servir y entregarse a él al 100%. Otro de los fieles que se acercaron al señor Isabel Guzmán Carrasco, coordinador del viacrucis, para ser parte de la representación, fue Juan Carlos Hernández Virrey, de 28 años de edad, quien será el apóstol Juan, discípulo que acompaña en todo momento a Jesús y a María en su sufrimiento desde la aprehensión. 

“Dios tocó mi corazón y yo selo abrí”, fueron las palabras del joven originario de Michoacán, quien desde hace siete meses labora en Cancún como profesor de educación básica.

Sigue el camino que Dios te trace

“Cada uno debe seguir el camino que Dios nos trace, el mío fue llegar a este municipio para desempeñarme profesionalmente”, dijo el hombre al destacar que en su estado natal, las posibilidades de encontrar empleo eran casi nulas en comparación con la demanda.   

Haciendo uso de la frase “Dios es mi motor y mi guía”, es como mostró sentirse honrado de ser elegido para el papel. 

Ellos son parte de las 12 personas elegidas para representar a los apósteles y que ayer en punto de las 19 horas subieron al escenario del parque Las Palapas para colocarse unos frente a otros formando una fila por la que pasara minutos más tarde, Pedro Pablo Elizondo, monseñor y obispo de la Prelatura Cancún-Chetumal, lavándoles los pies en símbolo de amor y humildad, tal como lo hiciera Jesús con sus discípulos.

Egoísmo, el principal problema

Acompañado y auxiliado por los sacerdotes José Antonio Blanco y José Antonio Barco, explicó a los presentes que a su parecer, el principal problema de los seres humanos es el egoísmo, por lo que los exhortó a que no pase la Semana Santa sin que experimenten el amor de Jesús hacia el prójimo.

Asimismo haciendo uso de una cita de la Biblia “Ustedes me llaman maestro y señor y dicen bien, porque lo soy, si yo que soy el maestro les he lavado los pies, ustedes deben hacer lo mismo los unos a los otros”, recalcó que es parte de la base del sacerdocio, ya que representa la “humildad, sencillez y entrega al servicio sacerdotal”, por lo que ayer se conmemoró el Día del Sacerdocio. 

Al concluir, el “santísimo” fue trasladado al monumento que ya se encontraba listo para recibirlo al interior de la Parroquia Cristo Rey.

Y fue en ese momento que comenzaron a dispersarse los asistentes que se encontraban sentados en las 18 filas de 93 butacas cada una, mismas que daban un total de mil 674 personas, además de los asistentes que se encontraban ocupando las jardineras, escaleras y mesas en el área de comida, al igual que los que se encontraban de pie.