Sergio Orozco/SIPSE
CANCÚN, Quintana Roo.- La limpieza de playas tiene muchos rostros. Uno de ellos es Ricardo Fernández Aguilar, quien altruistamente participa como una forma de agradecer a Cancún por todo lo que le ha dado.

“Yo de esto no tengo ningún sueldo, es una labor que hago desde hace tres años… a cambio de nada”, contó a Novedades Quintana Roo mientras realizaba su labor en playa Tortugas.

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Provisto sólo de unos goggles y un kayak color amarillo, Ricardo recorre la playa y el lecho marino recolectando todo tipo de desechos: latas, bolsas, empaques, unicel… tristemente, todos ellos huella del paso de los humanos.

Afortunadamente, Ricardo reveló que a su parecer, la situación está cambiando favorablemente, pues antes era mayor la cantidad de basura que encontraba en los arrecifes.

En la lancha había vasos rojos, latas de cerveza y bolsas de supermercado, “eso no es ni la mitad de lo que saco siempre, pues los arrecifes antes están ‘a reventar’, sacaba por costales”, relató.

Contó que llegó al destino hace 15 años y pasados unos años, decidió ayudar en la limpieza de la playa. Dijo que en algún momento le preguntaron si quería algo a cambio de su labor, pero él afirmó que no, pues no busca beneficios por hacer algo que considera su forma de ayudar a Cancún.

“Yo de esto no tengo ningún sueldo, es una labor que hago desde hace tres años". (Sergio Orozco/SIPSE)

Entre la limpieza, dijo que en ocasiones encuentra caracoles u otras especies que llegan a la playa, y las regresa mar adentro, pues gusta de la vida marina. Reveló que antes le gustaba arponear, pero hace muchos años que dejó de matar animales.

Contó que mucha gente lo ha visto sacando basura de la playa, incluso extranjeros que se suman a su ‘cruzada’, o gente que le da la basura que encuentra en sus excursiones.

A la población recomienda tomar conciencia y cuidar las playas, a no dejar su basura en los arenales, pues mucho de los desechos son las bolsas y botellas que dejan cuando vienen a pasar el día con sus familias.

Tras llenar el kayak, Ricardo jala la embarcación hasta la playa atravesando la alfombra de sargazo que bloquea el paso hasta las aguas del Caribe que con tanto empeño limpia. “Es una labor social”, afirmó, “una forma de pagar todo lo que Cancún me ha dado”.

Al final de su jornada, a modo de broma, uno de sus amigos en el muelle de playa Tortugas le comenta, ‘estuvo buena la pesca’, a lo que Ricardo sonríe, viendo su kayak con desechos.