¡Qué atrevida es la ignorancia!

En la víspera de los denominados “días santos”, la agenda nacional parece no detenerse...

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En la víspera de los denominados “días santos”, la agenda nacional parece no detenerse y los distintos temas de interés cada vez resultan más polémicos, pues las conferencias mañaneras del presidente López Obrador se conducen a su voluntad y disposición, dejándolo cada día más evidenciado ante la opinión pública y poniendo en claro que “el que mucho abarca, poco aprieta”.

En recientes días, los temas que le causaron mayor rentabilidad electoral durante tantos años al hoy presidente se convierten en el punto de análisis juicioso de la prensa y periodismo de opinión, y sustentados en la propia información que deviene del Gobierno de la Cuarta Transformación, han puesto en jaque la preparación de un gobierno en su totalidad pero que, en el esquema actual, tiene un solo nombre: Andrés Manuel López Obrador.

La dependencia que han generado las distintas Secretarías y organismos del gobierno federal hacia la imagen presidencial no ha logrado el cometido se verse impulsadas hacia un mejor posicionamiento y por el contrario, dan tumbos con la información que difunden, posicionan asuntos de relevancia y después son desmentidos por el propio AMLO.

En términos de comunicación política, es un gobierno sin disciplina de mensaje.

Y a esa consecución de errores en materia de comunicación se suma la inopia. Esa que hace atrevidas a las personas y que les permite decir sin más, lo primero que se les ocurre y que después genera delicados problemas.

Esa rusticidad que permite mostrar cotidianamente cifras de ejecuciones y una vez exhibido, modificar las cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública como si dicha estadística se tratara de la cuenta de mercancías.

La tosquedad que permite amenazar al periodismo con las consecuencias de su falta de prudencia cuando se dirigen al presidente, señalando al “pueblo” como responsable de los ataques a la prensa si no se serenan.

La torpeza que significa enviar un “memorándum” a la Secretaria de Gobernación y al Secretario de Educación Pública, para dejar de aplicar, como si fuera posible, la norma vigente porque el compromiso del presidente fue cancelar una reforma educativa que daña a quienes lo impulsaron hacia el poder.

Las mañaneras se están convirtiendo en verdaderas complicaciones para AMLO, la gestión de la información le está jugando en contra y la realidad cada vez le rebasa más. Los errores se hacen cada vez más evidentes y si habláramos en lenguaje de béisbol, en la última semana el presidente Andrés Manuel López Obrador ya estaría ponchado.

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