Rompen en seis años a la “necesaria” Plaza 21 de Cancún

En los últimos años se permitió que se instalaran en la ciudad negocios que operan como table dance.

|
El administrador de la plaza mencionó que no hay planes de cerrar la zona de tolerancia. (Redacción/SIPSE)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Brisa Muñoz/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Los centros de entretenimiento para adultos han sido un tema polémico desde su creación, pero en México, de acuerdo con Gilberto López Villagrán, en su estudio de 2004 sobre los llamados table dance, existe un fuerte temor por parte de los gobernantes a entrarle a la discusión en torno a temas eróticos que siempre suponen un asunto de moral pública, ya que dice “son expedientes siempre espinosos con un fuerte riesgo de capital político para los decisores de las políticas” y ese parece ser el caso de Cancún, que durante más de una década supuso solucionado el problema de los también llamados giros negros dentro de la ciudad, al crear Plaza 21, pero las últimas tres administraciones municipales cambiaron dicha circunstancia y regresaron el tema a la mesa.

Raúl Poveda, administrador de la mencionada plaza y encargado del fideicomiso de la misma, recordó que las quejas de los vecinos de las avenidas Tulum, Uxmal y sobre todo Yaxchilán, donde a mediados de los 90 proliferaban los negocios de entretenimiento para adultos, fueron el motivo para crear una zona de tolerancia, y aseguró que ésta podría seguir operando de manera indefinida de no ser porque en los últimos seis años se permitió que se instalaran dentro de la ciudad negocios que aunque no se llamen table dance, operan como tal.

“Los vecinos nos fuimos a quejar con Carlos Cardín porque en la Yaxchilán había muchos de esos negocios y en la noche a las mujeres que pasaban por ahí les gritaban que cuánto cobraban o cosas de ese estilo, porque ya se estaba dando la prostitución ahí, se le explicó que en Mérida había una zona de tolerancia, en la que estaban concentrados todos los lugares para adultos y que daba seguridad a la población y al que visitaba esos lugares, y así nació el proyecto de Plaza 21. El problema es que esos negocios ya regresaron a la ciudad y al centro, porque la autoridad no ejerce su función, y lo peor, es que ahora no hay excusa, porque hay un lugar específico para que se instalen, que es precisamente esta plaza”, aseveró.

De hecho, la solución fue temporal y ha tenido sus altibajos, pues durante los últimos de la administración de Magaly Achach de Ayuso en 2002 se otorgaron algunos permisos para este tipo de giros dentro de la ciudad, situación que durante la administración de Juan Ignacio García Zalvidea, la proliferación de estos negocios se dio no sólo dentro dela ciudad, sino en el centro y en la zona hotelera, situación que no mejoró las siguientes dos administraciones municipales con Francisco Alor Quezada y Gregorio Sánchez Martínez, respectivamente, aunque en 2010 Alor Quesada publicitó ante los medios de comunicación un programa para “poner orden” en los giros negros y que regresaran a la zona de tolerancia.

Respecto al cierre de Plaza 21, que se difundió hace unas semanas, lo que provocó que algunos sectores volvieran a colocar el tema en la agenda político-social ante la posibilidad de que aumentara el número de giros negros en el centro de la ciudad, específicamente, Raúl Poveda aclaró que no hay planes de cerrar esa zona de tolerancia, ni construir un centro comercial o desarrollo inmobiliario en el predio, sino que fueron algunos dueños de los negocios  los que vendieron sus locales, pero no para cerrar la plaza.

“Si el negocio ya no les fue redituable o no a los que vendieron sus locales, no lo sé, pero 21 no se cierra, de hecho siguen operando algunos negocios ahí, pero además el predio es tan grande, que si el actual presidente municipal quisiera que los lugares que ahora están en la ciudad podrían irse para allá, pues hay espacio suficiente para albergar no sólo 50, sino hasta 100 de este tipo de negocios. Además en la época de Greg Sánchez, se le donó al Ayuntamiento el terreno del estacionamiento, hablamos de cuatro mil metros cuadrados con lo que si quisiera obtendría una ganancia, ya que podrían cobrar una cuota mínima por el estacionamiento y obtener recursos; claro, si los policías no acosaran a los que ahí vayan, como ya pasó y que también fue factor para que la gente dejara de ir”, dijo.

De hecho, ante la supuesta posibilidad de que desapareciera esta zona de tolerancia, Jesús Pool Moo, regidor y presidente de la comisión Espectáculos y Diversiones de Benito Juárez, aseguró que de perderse esta zona de tolerancia no existe posibilidad alguna de que proliferen los table dance en la ciudad, pero reconoció que se han detectado algunos operando hasta en la zona centro, a lo que agregó se deben realizar inspecciones y sanciones más severas.

“No tenemos ninguna notificación de Plaza 21 al Ayuntamiento de que vayan a cerrar, pero en caso de que así fuera no se podrán establecer esos negocios en la ciudad, por lo menos aquellos que no cuenten con el giro que establece la ley, y como no pueden haber giros negros en la zona centro, no hay manera. El reglamento de espectáculos es muy claro, dice que no puede haber desnudos, ni tubos, ni lencería como tienen muchos de los que están en esa plaza, aquí lo que se puede permitir son cantinas, bares o shows de baile que no impliquen desnudos o atenten a la moral”, acotó.

Para Máximo García Rocha, director de Turismo municipal, el declive que ha sufrido la mencionada plaza radica en la poca accesibilidad e inseguridad que significa acudir al lugar, al tiempo que dijo, si se logran reubicar en un mejor lugar y se mantiene un estricto reglamento sobre los negocios de entretenimiento para adultos, se podrían convertir hasta en un complemento de la oferta turística de Cancún.

“La propia Plaza 21 pudo dejar de ser viable por los problemas de cómo llegar a ella, por la inseguridad que implicó no el estar en ella, sino el llegar y salir; ahora no hay que ser ingenuos, este tipo de negocios no van a desaparecer, y por ejemplo en todos los destinos turísticos del mundo existen y en donde no los hay hasta es un inconveniente, puede sonar mal, pero es la verdad, porque hay un segmento de turistas que nos guste o no, buscan ese tipo de diversión . En  algunos lugares son parte importante de la oferta turística, ahí está París, donde se encuentran museos, pero también cabarets y table dance, y en Cancún debemos tener una mayor oferta de atractivos y éstos desgraciada o afortunadamente son uno de ellos”, acotó.

Y agregó que lo mejor sería que se crea una zona de tolerancia en que se tuviera la distancia, comodidad y seguridad necesaria para el usuario o visitante, “y de eso la misma Plaza 21 deja la constancia, ya que no dejó los beneficios económicos que los propios dueños esperaban”.

Opinión que no comparte Pricila Sosa Ferreira, coordinadora del área de Turismo Sustentable de la Universidad del Caribe, quien explicó que si bien estamos en una economía abierta en la que si una empresa cumple con todos los requerimientos se puede instalar y operar, hay una gran diferencia entre ello y catalogarlos como un posible servicio turístico, ya que esto  implicaría apoyo y respaldo de todo el sector turístico, “y si lo que queremos es un cierto tipo de turismo y de desarrollo no vamos a respaldar algo así. Lo que sabemos que queremos es un turismo que venga por nuestros atractivos naturales y culturales, que deje una derrama adecuada y que sea respetuosos con las leyes y principios de una sociedad como la que queremos”.

Finalmente, el propio estudio realizado por López Villagrán explica que La operación no regulada de los establecimientos con table dance no ha sido un sustituto de la prostitución, sino un incentivo para su ejercicio, lo cual supone un problema de salud  pública por el riesgo de adquirir enfermedades sexualmente trasmisibles, social por la proliferación de actos delictivos como la trata de personas, y hasta tráfico de estupefacientes.

“El vacío jurídico con el que opera esta industria –sui generis en América Latina- incentiva anomalías y arreglos privados de interés público y reposa en una ley (Ley de Establecimientos Mercantiles) que no corresponde con el ejercicio de estas nuevas ofertas eróticas, por lo que se generan males públicos”, cita la investigación.

(Edición: Florencio Sabido)

Lo más leído

skeleton





skeleton