Raúl Caballero/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- Con una cátedra en el ruedo y demostrando que sigue siendo hoy por hoy gran figura del toreo mexicano, Eulalio López “El Zotoluco” corta dos orejas para despedirse de la afición caribeña. Su gran faena la valió que lo sacaran en hombros de la Plaza de Toros de Cancún.

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En su segundo de la noche, “Compadre”, un toro cárdeno marcado con el número 12 y de 540 kilogramos, estuvo acertado con el capote y con la muleta, ejecutando sus suertes con verónicas y doblones, entre otras, lo que levantó al público de las gradas para ovacionarlo rápidamente. Eulalio fue llevando al burel casi a la perfección con su toreo fino y experimentado, hasta que llegó el último tercio, donde logró una estocada a la perfección para que el juez y el público le otorgaran par de orejas.

El matador salió a jugarse la vida; llevó su faena hasta el corazón de todos los asistentes a la plaza logrando una gran ovación, sellando su época en la Plaza de Toros de Cancún con vuelta al ruedo.

En el primero de su lote el maestro “Zotoluco” inició su faena al hilo de las tablas, sin embargo el toro salió sin fuerza, el matador concedió espacios y tiempos necesarios al astado, para después seguir con una faena que hizo vibrar a la fanaticada cancunense. Desafortunadamente con la espada no pudo hacer gran cosa y dejó la posibilidad de cortar orejas.

El adiós

Luego de 30 años como matador de Toros, Eulalio López “El Zotoluco” dijo adiós. El torero de 48 años, quien es considerado uno de los más reconocidos mexicanos de la Fiesta Brava, se encuentra en gira del adiós, en la que se presentará en las plazas más importantes no solo de la República Mexicana, sino del mundo, hasta concluir en 2017 en la Plaza México.

Por su parte David Silveti trató en todo momento de agradar al público, tuvo la suerte en el primero de su lote de nombre “Andasolo” un Berrendo de 535 kilos; todo parecía que la noche vendría cuesta arriba para el matador, pero las cosas cambiaron y empezó a dar pinceladas de tarea fina llevando la faena a un punto importante.

Silveti dejó un buen sabor de boca con una faena llena de arte y valor, pinchando de primera oportunidad pero matando con certeza en una segunda ocasión logró la reconciliación con el público, recibiendo una merecida y bien ganada oreja.

Diego Silveti en el segundo toro de nombre “Escondido” de 480 kilos, no tuvo la suerte necesaria y el toro con falta de fuerza no llegó a ningún lado la faena a pesar de la voluntad del matador guanajuatense. No pudo matar de primera y ahí se le fueron los premios.