Paloma Wong/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- En cada aula hay por lo menos un niño con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), sin que el docente pueda identificarlo, por lo que es segregado. Rubén, de nueve años de edad, es uno de ellos. Ha cambiado de escuela hasta en cuatro ocasiones.

“Es un niño sumamente inteligente, pero igualmente inquieto, disperso y despreocupado. Nosotros no reparamos en que afrontaba un problema mayor al de un niño hiperactivo, muy travieso. Sus bajas notas escolares, tareas que no sabíamos que el maestro dejaba porque el niño desaparecía las hojas de su cuaderno nos obligaron a buscar ayuda sicológica. Entonces fue que supimos sobre este trastorno”, relató su madre, Virginia.

Rubén cambió de escuela en diferentes ocasiones, públicas y particulares, porque al no ofrecer la misma respuesta que el común de los niños de su grupo, comenzó a aislarse. El maestro lo mandó a la última silla, en un rincón.

"Hoy está bajo tratamiento médico, sumamente costoso porque uno de sus medicamente cuesta arriba de mil pesos, pero parece no ser suficiente", abundó la madre del menor.

A nivel nacional apenas han sido detectados seis millones de niños y adolescentes que padecen este trastorno, de los cuales sólo el cuatro por ciento reciben algún tipo de tratamiento, derivado del desconocimiento de los padres de familia sobre el tema, a pesar de las acciones de difusión realizadas por las diferentes agrupaciones.

En conferencia de prensa, la presidenta de la Asociación Mexicana por el Déficit de Atención, Hiperactividad y Trastornos Asociados, Adriana Pérez de Legaspi, mencionó que a pesar de las cifras de pacientes, Quintana Roo y Sonora le han apostado para la capacitación de los docentes para detectar a tiempo a los menores de edad con este padecimiento y canalizarlos en la atención correspondiente. 

“En el caso de Quintana Roo he visto que la capacitación va dirigida a los maestros, pues han insistido en el tema para darle atención a los niños, puesto que de no hacerlos estos sufren de señalamientos, discriminación por una condición de la cual no son responsables”, comentó. 

La atención médica que debe recibir un menor es sicológica y médica, ésta última ya es contemplada en el cuadro del Seguro Popular y en el primer nivel de atención médica, aunque no todos los fármacos son entregados. 

Pérez de Legaspi dijo que aún falta mucho por trabajar, pues en todas las aulas en el sistema público y privado del nivel básico, hay por lo menos una persona con este padecimiento que no es plenamente identificada.