En el Cancún Center se desarrolla el V Congreso Internacional de Ciencia Política denominado “Democracia en Riesgo: Desigualdad, Discriminación y Corrupción”, tres temáticas candentes de nuestro sistema. Con expositores de primer nivel, el foro los aborda oportunamente debido al año electoral en curso. 

Ayer, Lorenzo Córdova Vianello, presidente del Instituto Nacional Electoral, brindó una conferencia magistral sobre los seis problemas estructurales que amenazan a la cultura política: El primero refiere la crisis de credibilidad en las instituciones; que si bien es un fenómeno global, aquí se ha comprobado sobradamente. Prevalece una paradoja de insatisfacción; es decir, que si bien dicho sistema es catalogado “el mejor”, no convence del todo. Y es que sigue creciendo la sobrecarga de expectativas.

El segundo, en torno a la pobreza y la desigualdad. Aun cuando los indicadores más recientes reflejen una reducción, visto en retrospectiva son cifras alarmantes: 53 millones de pobres configuran un panorama desalentador, aquejado además por la discriminación.

El tercero, acerca de la corrupción. Los ejemplos son múltiples y diversos, por lo que las conjeturas son lógicas. Es esta problemática la que probablemente socava más la fortaleza de las instituciones, los partidos y, en general, del propio sistema.

El cuarto está relacionado con la impunidad, la cual nutre al anterior. Cuando se burla la ley, las malas prácticas se multiplican por el nulo castigo. Sucede más cuando la alternancia es inexistente. El ejemplo local es el cambio de partido en el poder, que ha permitido enjuiciar a quienes incurrieron en faltas o supuestos delitos.

El quinto, vinculado a la inseguridad. Las mafias, los poderes fácticos, se han tomado tanto espacios como atribuciones, alterando los procedimientos más elementales. Pero este es un tema ajeno a los árbitros, e incluso a las autoridades. Sin duda, es un gravísimo problema estructural para no ignorar.

El sexto se trata de la desconfianza, que no solo concierne a la política, sino a la convivencia misma como sociedad. Más del 70% de los mexicanos considera que no puede confiar prácticamente en nadie fuera del círculo familiar. La asociación, fundada en la confianza, es un pilar del orden democrático en cualquier país, por lo que la escasa acción colectiva agrava la situación.

Hay otros, como la irresponsabilidad de los servidores públicos, la cual atenta contra el “perfeccionamiento” de las reglas, aunque no pueda resolverse desde lo electoral.

Los cambios más profundos deben provenir desde la academia, en tanto se consolida la acción social. En este sentido, la Universidad de Quintana Roo, del doctor Ángel Rivero Palomo, pone el buen ejemplo desarrollando esta clase de encuentros. La máxima casa de estudios del estado se ha convertido en la anfitriona de eventos con gran formato.

Concluirá mañana, por lo que sigue abierta la invitación.