"¿Qué hay que hacer?, dígame y lo hago, pero debo vivir"

Claudia considera que compartir su lucha contra el cáncer, facilitará el camino de otras mujeres.

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Gracias a una jornada de detección, Claudia se enteró de su enfermedad. (Foto: Sergio Orozco)
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Rubi Velázquez/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- El paso del huracán Wilma por la ciudad, también trajo para Claudia María Estrella Castro, madre de familia, la oportunidad de detectar a tiempo el cáncer de mama que padecía, y pese a las carencias con las que contaba su hogar por la falta empleo, ante la nula presencia del turismo, ella decidió actuar y ganar la batalla.

“Revisándome las mamas me sentí una bolita, fui con mi doctora de toda la vida y me dijo: no es nada doña Claudia es normal, pero mi cabeza me decía que algo estaba mal”, añadió.

La mujer no contaba con la solvencia para realizarse estudios, y fue entonces “como caído del cielo” que escuchó en la radio sobre una jornada de detección, realizada en el Hospital General Jesús Kumate, a la que sin dudarlo, acudió la mañana siguiente.

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Tras recibir los resultados y confiar de nuevo en su médico de cabecera, la respuesta del especialista volvió a dejar intranquila a Claudia, al decirle: “si crece o le duele ya veremos”.

Afortunadamente al no quedarse conforme con la indicación, decidió regresar al Hospital General y pedir hablar con un especialista, quien sin dudarlo le realizó una biopsia y le pidió regresar en cuanto le dieran los resultados.

La respuesta no se hizo esperar, una llamada telefónica proveniente del nosocomio citándola de emergencia, le hizo saber que algo no andaba bien.
“Ve y abre tu expediente, cuando vengas te explico bien”, le dijo el médico a la madre de tres hijos.

“Lo siguiente fue algo que ya me esperaba, de hecho por los pasillos camino a lo del expediente, había una mujer llorando porque le tenían que quitar un seno, y yo sabía que a mí me esperaba lo mismo, pero saque fortaleza y le dije: señora si este es el precio que tenemos que pagar para vivir hay que pagarlo”, dijo.

Al llegar con el doctor, este le explicó los pasos que debía seguir, entre esos, viajar a Mérida para ser intervenida quirúrgicamente cuanto antes, y llegar ahí ya con todos los estudios para que la cirugía no demorara.

“Salgo de ahí en shock, al llegar a casa uno de los mi hijos me dijo 'qué te dijeron' y yo le respondí no lo vas a querer saber, me encerré en mi cuarto a llorar y a esperar a que mis otros dos hijos y mi esposo llegaran, para darles juntos la noticia”.

“Hay que decir qué hay que hacer y aplicarse a hacerlo, no debemos dejar que nos domine el miedo”.

“Tras dejar caer la bomba, surgieron comentarios como: mamá la ciencia ha avanzado mucho, todo va a estar bien, a lo que yo respondí: eso mismo se lo dije a mi madre hace más de 20 años, casi el mismo tempo que tiene de muerta, pero una cosa si les digo, yo voy a hacer todo lo que esté en mí para salir adelante”, añadió.

Con el apoyo de su familia ingresó al Instituto Mexicano del Seguro Social IMSS y viajó a Merida, “hice todo lo que se tenía que hacer, cirugía, quimioterapia, radioterapia, sufrí por la caída del cabello pasó de todo, pero hoy estoy aquí, 11 años después sigo al lado de mis hijos, de mi familia”.

“No dejen que el cáncer les afecte la mente, porque si lo dejan, los llevará hacia abajo, hay que decir qué hay que hacer, hacerlo y aceptarlo como venga, pero siempre para adelante”, añadió la mujer.

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