Carlos Calzado/SIPSE
PLAYA DELCARMEN, Q. Roo.- Alfredo Muñoz Valadez, arquitecto miembro del Colegio de Arquitectos, advirtió que las decisiones en materia urbana las toman personas ajenas a la formación profesional en arquitectura, lo que genera problemas graves.

Problemas que van desde la autorización de construir casas con menos de 96 metros cuadrados, hasta criterios que cambian la imagen de lugares como la Quinta Avenida, se generan por subestimar la profesión de los arquitectos.

Las diferencias que en apariencia sólo tienen que ver con cuestiones técnicas o de estilo, en realidad encierran problemáticas en temas como el social, el productivo o de gobernabilidad, pues no es lo mismo un ciudadano que ha descansado de forma adecuada en un espacio que le permite un desempeño social regular, a una persona que comparte un lugar muy reducido con muchas personas, sin intimidad ni servicios suficientes, advirtió el arquitecto.

Quienes habitan en condiciones poco propicias, no ven a su casa como el espacio seguro en el que pueden descansar y potencializar sus habilidades, sino como un lugar del cual huyen porque no se sienten conformes; la calle se vuelve el refugio, y las personas que conoce en ella el ejemplo a seguir.

Destacó que personas como el arquitecto Teodoro González de León han dicho que no se trata de velar por la acumulación de la riqueza, sino en propiciar el bienestar general para contar con mejores condiciones de vida, pues los descontentos originan problemas que perjudican el bienestar de quienes más tienen.

Aseveró que se trata de congruencia y citó al Artículo 5 constitucional, el cual determina las condiciones en las que las personas ejercerán el trabajo para el cual se sientan capaces, y el Artículo reglamentario de éste, el 50, que delimita el campo de acción de cada profesión, de manera que el trabajo de un arquitecto no lo debe hacer un ingeniero o un licenciado en materia de las ciencias sociales.