Anaqueles con cinco mil 200 averiguaciones previas conserva el archivo general de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) en la zona norte, tan sólo de la parte central, ya que las cifras varían pues las denuncias y operativos arrojan a diario nuevos archivos. 

 

Apilados en anaqueles metálicos, de diferentes tamaños con respecto al grosor debido al número de papeles que los conforman, cubiertos por folders de color amarillo opaco, escritos con plumón llevan las siglas “A.P.”, seguidas del número que le corresponde. 

 

Así lucen las averiguaciones previas acumuladas desde el año 2004 en el archivo general central de la PGJE de la zona norte, incluso hay casos del año 2005 que aún permanecen ahí.

 

En la PGJE hay personal que realiza tres guardias en las diferentes fiscalías especializadas, en el archivo general sólo llegan las averiguaciones previas sin detenido, las cuales se acumulan y se lleva control de su proceso. 

 

En la computadora revisan el proceso que lleva cada archivo para saber si están en trámite o en concentración; el sistema que utilizan se llama “Centre” y con el que buscan de qué delito se trata y cómo va el trámite se denomina “Acces”, de acuerdo con información proporcionada por la procuraduría estatal. 

 

En el archivo general de la zona norte tan sólo laboran dos personas, quienes sonapoyadas por jóvenes de alguna preparatoria pública que hacen su servicio social; ellos revisan archivos o acomodan las grandes pilas de papeles. 

 

En los anaqueles las ave-riguaciones previas no están acomodadas por delito, debido a que no hay espacio, pero al final de cuentas en el sistema computador se revisa rápidamente de qué delito se trató.

 

La mesa 11 de la PGJE lleva el número de averiguaciones previas con detenidos, pero el número aumenta constantemente pues de estos procesos se generan de 25 a 33 al día. Los archivos que se consignan o resuelven, se llevan a una bodega en Chetumal, donde se les da un tiempo de “vida” de 10 años para que puedan ser consultados; después del cual se desechan.

 

(Edición: Rafael Pérez)