Por Rafael R. Deustúa

El musical es uno de los géneros más complicados para el cine, pues no existe una fórmula. Parece que es sólo mezclar números musicales en la historia, sin embargo hay infinidad de matices tanto en la narrativa cinematográfica como en la música misma -que es otra forma de narrativa- que deben acompasarse para que funcione. He de reconocer que en "Tini: El gran cambio de Violetta", lo logran.

Agotada tras una gira mundial, la joven estrella Martina se entera por medio de la prensa del corazón que su novio -que está grabando su propio disco en Los Angeles-, sale con otra chica. Su padre nota sus conflictos y la insta a tomar un “campamento creativo” con una amiga suya en Italia, lugar donde ella descubrirá nuevos horizontes en cada aspecto de su vida.

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La fortaleza de éste filme se debe a que los productores no subestiman a la gran base de fanáticos de la serie televisiva de Disney, ni tratan de timarlos, por el contrario invierten en la producción para darles una gran experiencia en un nuevo formato. Eso empieza desde el libreto, que dentro de los parámetros del género y su público objetivo, está bien realizado. Contiene clichés y tiene sus aspectos predecibles, pero la manera de incorporarlos en la narrativa hace que no sean odiosos.

En la dirección contaron con Juan Pablo Buscarini, conocido por “El Inventor de Juegos”, quien asumió su papel correctamente al presentar a sus personajes con propiedad. Exagera a aquellos que serán las comparsas y escapes cómicos, pero trata con naturalidad a sus personaes centrales, los que llevarán adelanter la historia y su drama. Esto ayuda a dar credibilidad y generar simpatía por ellos.

Josu Inchaustegui, cinefotógrafo, ayudó en mucho al director y al filme. La calidad de su fotografía no pide nada a otras producciones cinematográficas de buen nivel, lo que le quita la etiqueta de “película para TV” que de otra forma tendría la cinta y no  es sólo por los paisajes sicilianos, sino por la calidad de encuadres y tomas.

Las actuaciones son aceptables, Martina Stoessel tiene un gran carisma y sabe manejar a su personaje con naturalidad, pero se nota el manejo. Jorge Blanco, Mercedes Lambre, Clara Alonso y Diego Ramos, los otros habituales de la serie, también tienen esa falsa naturalidad que les da el manejar tanto a su personaje y que les separa de los nuevos, quienes se ven realmente naturales.

Una película hecha para los fans, pero mejor de lo que cualquiera que no siga la serie esperaría.