"Es la vida que nos tocó y tenemos que aceptarla"

Jorge, un niño de 13 años, carga la responsabilidad de ayudar económicamente en la casa y estudiar.

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En el padrón del programa Trabajo Infantil del DIF, hay 33 infantes en condiciones similares que reciben apoyo para seguir estudiando. (Javier Ortiz/SIPSE)
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Javier Ortiz/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- Con dificultad, pero empuja un triciclo en medio del incandescente sol de las 11 de la mañana, cerca del parque principal y, de unas maderas colocadas horizontalmente, cuelgan bolsas de chicharrones, papas fritas y manzanas enchiladas.

Jorgito, tiene 13 años, y aunque es pulcro en su aseo personal, no puede ocultar su despintada playera verde y pantalón deshilado en la parte baja. Sus viejos tenis azules han cambiado a gris por el uso, y en la punta del calzado se observa el desprendimiento de la suela que deja asomar tímidamente algunos dedos.

Lourdes, su madre, tenía meses de no verlos, por lo que pidió unos días en su trabajo para estar con sus hijos, quienes viven con su abuela.

Un niño responsable

“Cuando viene de trabajar, me ayuda en el quehacer. Limpia, barre, me ayuda a tender la ropa de sus hermanitos. Se levanta temprano y va al mercado, sin que le diga lo que tiene que traer, vuelve cargado del mandado con lo que sabe que hace falta y tiene buenas calificaciones en la escuela. Antes tenía una beca del gobierno de 800 pesos mensuales que le ayudaba, pero de pronto se la dejaron de pagar”, señala Lourdes.

Jorgito carga sobre sus hombros la pesada responsabilidad de cuatro hermanos menores, a quienes alimenta y procura ayudar en sus tareas.

“Porque mi abuela también tiene que trabajar para darnos de comer”, comenta algo resignado, pero sabiendo que también debe dejar tiempo para hacer su tarea e irse a la escuela, pues cursa el último grado de primaria, "es la vida que nos tocó y tenemos que aceptarla", concluyó.

Programa de becas del DIF

Él es uno de los 15 niños becados a través del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) que reciben tres mil pesos en apoyo anual para sus útiles escolares.

“No es mucho, pero sirve para que pueda comprar útiles escolares a mis hermanitos y una parte de los que necesito”, comenta el jovencito que lo mismo vende plátanos fritos, trabaja como panadero o vendedor de granizados y limpiar terrenos o para hacer mandados.

Apoyan a niños que trabajan

En el padrón del programa Trabajo Infantil, hay 33 infantes en condiciones similares que se busca ayudar para que continúen sus estudios, indica Martha Aguilar Méndez, responsable de esa instancia.

La beca que se les ofrece consiste en un apoyo cada inicio de curso escolar para que adquieran sus útiles; a cambio, tienen que participar en los programas que el DIF crea para ellos.

“Es también una forma de darle seguimiento a su condición, pues como niños trabajadores están expuestos a abusos de todo tipo: sexual, psicológico o laboral, y es eso lo que pretendemos evitar”, asegura la funcionaria.

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