“Chanito”, o el pragmatismo electoral

Circuló como pólvora en las redes sociales, encendiendo una ola de comentarios a favor y en contra.

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Miles de bytes fueron utilizados en los últimos días en sitios digitales y redes sociales por el apapacho público que dieron importantes perredistas del patio al diputado federal ex priista, José Luis “Chanito” Toledo Medina, señal que fue vista por propios y extraños como la virtual consumación de su nominación como candidato del Frente Panrredista a la alcaldía de Cancún (Benito Juárez). 

El acercamiento formal de “Chanito” con el líder estatal del PRD, Jorge Aguilar Osorio, y con su principal cuadro electoral, Julián Ricalde Magaña, no tuvo nada de privado y circuló como pólvora en las redes sociales, encendiendo una ola de comentarios a favor y en contra.

Ciudadanos, periodistas, analistas políticos y columnistas se subieron a la tabla para surfear sobre esa ola, algunos descalificando al político por su conocida cercanía política con el villano del momento, Roberto Borge Angulo, y otros defendiendo su reclutamiento en el PRD a capa y espada. 

Pero en política, la pasión siempre es superada por el pragmatismo, y el caso de “Chanito” Toledo es la mejor lección para ejemplificar la aplicación práctica de esta teoría filosófica. 

El precepto filosófico del pragmatismo establece que solo se puede juzgar una acción, una situación o una verdad de cualquier índole según sus efectos prácticos. Así de sencillo. 

Y para efectos prácticos, “Chanito” Toledo supera con creces en popularidad, penetración social y posibilidades de triunfo a cualquier cuadro perredista o panista que se pudiera lanzar al ruedo en Cancún. 

Los dirigentes nacionales y locales del PAN y PRD entienden el panorama con claridad y están apostando en serio a buscar el control de la alcaldía más poderosa de Quintana Roo y una de las más prósperas de todo el país. Es mucho lo que está en juego como para arriesgarse a perder todo para satisfacer las ambiciones personales de (cof, cof! Emiliano, cof!) algunos. 

Es todo, pues, una cuestión de aritmética pura. “Chanito” tiene los números; los otros aspirantes naturales, con todo y sus trayectorias partidistas, no. 

Así las cosas, todas las “verdades” que se puedan verter en contra de la casi cocinada candidatura de “Chanito” Toledo, como su pasado borgista y priista, su papel en la Legislatura local como operador político del ex gobernador, su falta de trayectoria en el PRD y todas las demás que surjan no tienen –y repito, para fines prácticos– sustento, pues no invalidan sus posibilidades en la contienda real. 

El pragmatismo se impuso al romanticismo partidista –como casi siempre ocurre– y por esa razón tanto en el PRD como en el PAN el discurso es ahora de apertura y de apoyo total a “quien sea que encabece el proyecto como candidato”. 

Ese “quien sea”, ya tiene nombre y apellido.

Twitter: @PoliticaQR.com         Facebook: Anwar Moguel

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