Tomateros apuestan por otros cultivos

La crisis que dejó el cierre de la empresa Hidroponía Maya provocó que varios productores quedarán a la deriva.

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La empresa Hidroponía Maya ayudaba a los agricultores de la zona, a colocar su cosecha en otros mercados. (Redacción/SIPSE)
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Edgardo Rodríguez/SIPSE
CHETUMAL, Q.Roo.- La producción de tomate en la zona sur del estado ha caído en más de un 50%, ya que a raíz de la quiebra de la empresa Hidroponía Maya,  por ellos varios tomateros se quedaron a la deriva en vista de que ya no tenían un canal para colocar sus cosechas, razón por la que decidieron dedicarse a otros cultivos. Por lo menos 100 agricultores de la zona sur que se dedicaban a cultivar tomate, han abandonado esta actividad por la difícil situación que se presentó debio a la sequía y por el coyotaje, pues ante la falta de los canales óptimos para comercializar sus tomates, los intermediarios les compran sus mercancías a menos del 50% del valor en el mercado.

Sembradores de tomate en el sur del estado reportan varias pérdidas por no tener un canal para poder colocar su producto, pues la única opción que tenían para vender, era brindada por la extinta empresa paraestatal Hidroponia Maya, la cual ayudaba a los agricultores para poder vender su cosecha dentro y fuera del estado.

De acuerdo con Jorge Estrada, antiguo productor de tomate en la ribera del Río Hondo, él tenía aproximadamente 30 hectáreas dedicadas exclusivamente a la siembra del tomate saladette, de donde obtenía poco más de 20 toneladas por hectárea y de donde obtenía una ganancia de aproximadamente 16 pesos por kilogramo.

Para la comercialización, la empresa Hidroponía Maya lo ayudaba a él y a otros agricultores de la zona, a colocar su cosecha en otros mercados, sobre todo en estados del centro de país que demandaban una gran cantidad de tomates, aunque también dirigían sus productos para el consumo local.

Pablo Flores Villa, de la comunidad de Álvaro Obregón, dijo que hace aproximadamente cinco años se dedicaba a la siembra de tomate en una superficie de ocho hectáreas,  en donde obtenían buenos resultados con un promedio de casi 40 toneladas por hectárea, no obstante, el cierre de la empresa que los ayudaba a la comercialización, generó que ya no pudieran vender su cosecha.

Ambos agricultores mencionaron que la falta de un canal para la venta de sus tomates y el coyotaje que les generaba recortes del precio en más de un 50%,  obligó a que a abandonaran esta actividad, por lo que ahora se dedican a la siembra de chile ya que el tomate represento pérdidas para los productores, y, de seguir en esas actividad, hubiera generado endeudamientos para los tomateros.

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