Turismo, el desplome presupuestal
Aunque la actividad turística ha sido presumida como uno de los logros de la administración...
Aunque la actividad turística ha sido presumida como uno de los logros de la administración de Enrique Peña Nieto y en su gobierno el discurso marcó como prioritario a ese sector, durante todo el sexenio lo que se hizo en realidad fue recortarle recursos presupuestales; tantos, que para 2018 se tendrá el presupuesto más bajo de los últimos diez años. Con eso concluye una administración que le mintió en la cara a todos los mexicanos, pero que aun así hizo lo que quiso.
Para lograr la reforma energética, el gobierno aseguró que el precio de la luz y los energéticos bajarían; los resultados están a la vista, en tan sólo dos años, la energía eléctrica se ha incrementado en seis ocasiones, para un aumento total que ronda el 60 por ciento; y las gasolinas en un 50 por ciento, esos son los resultados reales. Pues bien, así como estas mentiras, el gobierno de Enrique Peña Nieto aseguró que el turismo era una actividad prioritaria, pero desde 2015 los recortes presupuestales no han parado, y el 2018, el último año de su gestión, no será la excepción, con casi el 6 por ciento de “ajuste”, lo que significa poco más de 200 millones de pesos menos para ejercer.
En 2015 el ajuste fue de 19 por ciento y en 2016 del 15 por ciento; lo que en términos reales ha ocasionado que el presupuesto para 2018 sea similar a los aprobados durante la primera mitad del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, así es, los recursos de hace diez años; aun cuando desde 2014, México regresó al Top Ten internacional entre los países con mayor cantidad de turistas y aun cuando el número de divisas generadas por la actividad son mayores ya a los ingresos generados por el petróleo.
Cuando el actual gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, fue diputado federal y presidente de la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados –en la segunda mitad del sexenio calderonista– , los recursos asignados al turismo crecieron como nunca antes, llegando a destinarse recursos por más de seis mil millones de pesos; mientras que para 2018 la dependencia contará apenas con 3,716 millones 225 mil 884 pesos; lo anterior ha significado para la entidad la cancelación de obras como la recuperación de playas y la construcción de los puentes sobre la Laguna Nichupté, proyectos que tienen más de diez años de ser señaladas como urgentes y que, por lo pronto, seguirán esperando, pues el rubro de infraestructura es el que menos dinero tendrá en esa dependencia, pues recortará el 22 por ciento, asignando apenas 855 millones de pesos.
Las razones para destinar menos recursos pueden ser muchas, la crisis energética o el cierre de administración, pero ya desde septiembre pasado expertos en materia turística advertían el posible recorte, señalando que lo que debiera hacerse es exactamente lo contrario, pues medidas como los “warnings” que lanzó Estados Unidos demandarían una mayor promoción de los destinos nacionales, así que la afectación en el flujo de turistas en el corto o mediano plazo no deberá sorprender, pero pues al gobierno federal nada importa, Peña Nieto ya se va.
Desde 2016, el secretario de Turismo nacional, Enrique de la Madrid Cordero, aseveró que para continuar con el desarrollo de la actividad era necesaria mayor participación de la iniciativa privada, pero además durante todo 2017, lejos de anunciar mayores recursos, planteó incluso la creación de nuevos impuestos al sector, como el que se aplicaría a turistas que arriben vía aérea y que, supuestamente, se aplicaría directamente en acciones de seguridad en los destinos nacionales, prometiendo además la creación de una policía turística que comenzaría a operar desde septiembre pasado en lugares como Los Cabos, Acapulco y Cancún, aunque al final nada ocurrió.
Enrique Peña Nieto ya se va, Enrique de la Madrid Cordero soñó incluso con contender por la candidatura a la presidencia de la Republica y el 2018 será un año en el que no habrá otro tema más importante que las elecciones, mientras ese momento llega, no deberá olvidarse el incumplimiento de los compromisos y “prioridades”, pues son tan sólo una muestra de todo lo que se dejó de cumplir, porque ya vienen nuevas promesas, que terminarán también sólo en discurso.