Javier Ortiz/SIPSE
CHETUMAL, Q. Roo.- El gobierno de Quintana Roo busca destino a una trituradora de llantas que adquirió la administración estatal anterior que costó 10 millones 062 mil 148 pesos, porque se encuentra incompleta y no ha sido utilizada.

El primer pago de la maquinaria fue realizado el 17 de noviembre del año 2015 y el saldo se supone se liquidó a la entrega de la maquinaria, según la cláusula quinta del contrato de adquisiciones marcado con el número No. Sema/SPAPT/011/2015, que signaron Carlos Rafael Antonio Muñoz Berzunza, en su calidad de secretario de Ecología y Medio Ambiente del gobierno del estado de Quintana Roo con la persona moral “Construcciones Consultoría y edificaciones S. A. de C.V.”, representada por Luis Alejandro Ramírez González.

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Alfredo Arellano Guillermo, actual secretario de Ecología y Medio Ambiente, admitió que la maquinaria no está operando, ya que fue una adquisición incompleta, en virtud que para el proceso del material de las llantas se requiere maquinaria complementaria que no se compró.

Consideró que Chetumal no fue el sitio idóneo para la construcción del mismo, porque la mayor cantidad de llantas se manejan en el norte del Estado, por lo que se encuentran ofreciendo la planta para algún uso en otro municipio o un convenio con alguna empresa para su utilización, pero por la rentabilidad que representa, no ha sido posible ni trasladarla ni operarla en otro sitio.

El funcionario aseguró que la maquinaria se encuentra resguardada en una nave industrial y se le busca algún uso.

El proyecto estaría ubicado en un predio del Gobierno del Estado de 3.5 hectáreas a espaldas del Cereso de Chetumal que supuestamente cuenta con caseta de vigilancia, cercado perimetral, oficinas, patio de maniobras, área de almacenamiento y servicios básicos.

La idea fue vendida en su momento, como parte de una estrategia integral de gestión de residuos y bienes de consumo, para evitar que las llantas en desuso del sur de Quintana Roo vayan a parar a los rellenos sanitarios, ya que se vuelven material de combustión difícil de controlar y apagar, especificaba el contrato.

Chetumal no fue el sitio idóneo para la construcción del centro, porque la mayor c
antidad de llantas se manejan en el norte del estado. (Javier Ortiz/SIPSE)

De acuerdo con el estudio que dio pie al proyecto, estimaban una generación anual de 537 mil llantas en toda la entidad: Felipe Carrillo Puerto, 54 mil 007; José María Morelos, 35 mil 893; Bacalar, 89 mil 462 y Othón P. Blanco, 357 mil 838 llantas.

Se pretendía establecer en cada cabecera municipal un centro de acopio de llantas para después canalizar al frustrado Centro Regional de Triturado de Llantas.

El proceso consistiría en la colocación de las llantas en una banda transportadora hacia la tolva receptora que la enviaría a su vez a una prensa cortadora, dando como resultado fracciones de aproximadamente de ocho a cinco centímetros, las cuales serían transportadas por otra banda a otros módulos para seguir un proceso, hasta llegar a un punto en que se vuelve polvo para poder reutilizar, ya sea como complemento de cemento, carpeta asfáltica o industrialización.

Como una de las primeras cláusulas especificaba que el proveedor estaba obligado a suministrar, instalar, poner en funcionamiento y capacitar al personal operario.