Por Rafael R. Deustúa

Tienes un auto nuevo, un clásico renovado que seve impecable hasta el último detalle, todas sus piezas son de calidad y alta ingeniería, pero cuando aceleras, el coche solo sigue avanzando. Así se siente “Vivir de noche”, con muchos aspectos loables, pero que al sumarse no se integran para brindar emociones.

Como productor Ben Affleck armó un extraordinario equipo para la cinta. Jacqueline West diseñó un bello vestuario de los años 20 y 30 que combina a la perfección con el diseño de producción de Jess Gonchor, que construyó extaordinarios sets. Todo lo fotografía en tonos ambar Robert Richardson, ganador de tres Oscar y favorito de Tarantino, con un impecable sentido de la luz las magníficas locaciones.

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También consiguió un reparto tremendo con Sienna Miller, Zoe Saldaña, Elle Fanning, Brendan Gleeson, Chris Cooper y Chris Messina, entre otros.

Su problema fue al elegir el guionista, el director y al protagonista, pues tomó todos los roles en una época en la que estaba involucrado en otros seis proyectos de cine o tv.

Su libreto falla por querer justificar las crueles acciones de su personaje principal, Joe, un veterano de la primera guerra mundial que sólo quiere vivir la vida al límite por medio del crímen. En el cine de gangsters el héroe es tan criminal como los otros, pero tiene algo que lo salva y aquí ése algo no resulta creíble, pero aparte era innecesario.

Como director Affleck entrega una narrativa desangelada que pretende ser un homenaje a “El padrino”, pero que más bien parece una imitación barata aún cuando todo lo que se ve en pantalla es de alta calidad. Donde se luce es en secuencias de acción, en las que logra algunas buenas coreografías e imágenes impactantes.

En las actuaciones sus secundarios lo superan, pero al menos le dan vida cuando el padece de una cara muy dura. Fanning y Cooper se lucen con una historia secundaria. Gleeson trabaja muy bien pero figura poco, Miller es una mujer fatal clásica y Saldaña es un tanto desperdiciada.

“Vivir de noche” sufre de un exceso de Affleck, incluso para sus fanáticos, pero ofrece un rato de entretenimiento si no se le exige mucho.