Zona hotelera de Cancún, al borde del colapso (videos)

Al descuidarse la imagen e infraestructura urbana para enfocarse en la construcción desmedida de hoteles, plazas y residenciales, el destino ha perdido competitividad.

|
La sobreexplotación de la zona hotelera también impactó drásticamente el medio ambiente y deterioro en la duda costera. (Redacción)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Jazmín Ramos/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- La discrecionalidad y permisividad para la liberación de cambios de usos de suelo, licencias de construcción, así como las Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIA), provocaron la sobreexplotación de Cancún, situación que tiene al destino al borde de perder competitividad turística.

En las violaciones al Plan de Desarrollo Urbano (PDU) y las normas ambientales, están involucrados los tres órdenes de gobierno, dando origen a los actos de corrupción, algunos, incluso tasados en dólares.

Para la presidenta de la asociación Somos tus Ojos, Transparencia por Quintana Roo, Fabiola Cortés Miranda; es claro que existe una clase de contubernio en los tres niveles de gobierno para la liberación de permisos discrecionales, lo que provocó la sobreexplotación de la zona hotelera de Cancún, y esa misma línea se aplica en todos los destinos turísticos del estado.

También te puede interesar: A la zona turística de Cancún le quedan sólo 10 años de vida (videos)

Afirmó que se tiene una total opacidad en los procedimientos para otorgar las licencias de construcción, cambios de uso de suelo y los permisos ambientales, convirtiéndose en la “caja chica” de los gobiernos en turno, e incluso, se puede ver que los hoteles del bulevar Kukulcán sobrepasan los pisos permitidos en el PDU, también han construido en espacios públicos y taparon accesos al mar; además de que la infraestructura urbana es insuficiente para el crecimiento que ha tenido la industria.

“Hay un manejo discrecional en la mayoría de las autorizaciones, a veces con el aval del propio Cabildo y también tiene que ver esto con la opacidad en la que se maneja la información, ya que hay atrasos en hacer públicas las sesiones de Cabildo a fin de que cuando la ciudadanía se dé cuenta de los cambios, ya no se puede hacer nada legalmente”.

La activista precisó que los trámites para la ejecución de los proyectos turísticos son opacos y eso ha servido para el crecimiento poco estructurado, irracional y desproporcionado, situación que se replica en todo el estado.

“Donde quiera que se mire sale esta situación de irregularidad en el otorgamiento de licencias de construcción, en la sobre-densificación, hay hoteles que construyeron sin permiso, algunos hicieron ampliaciones en su habitaciones de manera ilegal, y en lugar de que el gobierno exija cumplir con los lineamientos, simplemente aplica una sanción ‘a modo’, que para los inversionistas no representa nada en términos económicos”.

En todos esos casos se presume que hay actos de corrupción, mientras que los montos que se cobran por las irregularidades resultan siempre ser irrisorios respecto al daño causado, algunos irreversibles; pero lo grave es la impunidad.

“Existen restricciones técnicas sobre todo en Infomex Quintana Roo (plataforma electrónica de acceso a la información pública), pues no funciona adecuadamente, esto con el propósito de generar cansancio y hastío en lo ciudadanos, pues a veces tarda días registrar una denuncia, o simplemente no funciona”.

Dijo que al rebotar las solicitudes, abona a que el ciudadano se desanime y en dado caso de que el requerimiento entre, los funcionarios se resisten a dar la información, porque siguen pensando que no tienen que rendir cuentas a los ciudadanos, y es aquí donde entra la perseverancia y la paciencia para exigir los datos.

Puso como ejemplo una solicitud que realizaron al Instituto Municipal de Desarrollo Urbano del Municipal (Implan) sobre la zona hotelera, y en más de 20 expedientes encontraron que el organismo aplicó un pago no regulado a los desarrolladores relacionados al impacto al desarrollo urbano. No se logró saber el origen de ese cobro, ni dónde quedó el recurso, lo que demuestra que existe gran corrupción y una gran opacidad en todo este tipo de manejos, relativos todos a inversiones multimillonarias.

Contaminación visual

Al contubernio que generó la sobre-densificación en el bulevar Kukulcán, se suma el tema de la publicidad, donde los propios funcionarios municipales han creado empresas para la colocación de espectaculares, pantallas luminosas y letreros a ras de la cinta asfáltica, generando contaminación visual que impacta negativamente al paisaje de la zona hotelera.

Sergio González Rubiera, fundador de la Comisión de Imagen Urbana de Cancún (Cimuc), explicó que la saturación de publicidad impacta en la competitividad de un destino, dado que las bellezas naturales se ven opacadas ante la vista de los turistas, que perciben una ciudad tapizada de anuncios.

Consideró que la publicidad es el gran negocio, donde el Ayuntamiento ha sido cómplice porque hay un reglamento y no se aplica, e incluso, en varias administraciones se ha relacionado a funcionarios ligados al negocio, aprovechando que existen empresarios que piensan que así tendrán éxito.

Afirmó que es una vergüenza tener todo tipo de letreros en el bulevar, que aunado a que dañan la percepción del destino, también afectan la salud, porque provocan estrés por toda esa carga informativa; fatiga cognoscitiva e incluso, resulta un distractor que puede provocar accidentes.

Señaló que el impacto negativo de la contaminación visual disminuye la competitividad, debido a que el éxito de un destino se construye a partir de muchas aristas: el tema del transporte, la calidad en el servicio, higiene, señalización y en el marco de todos estos temas, entra también la imagen urbana, que implica no únicamente los anuncios, sino también el mobiliario urbano y los inmuebles abandonados, de ahí que se requiere voluntad política para rescatar el paisajismo de Cancún.

Daño al medio ambiente

La sobreexplotación de la zona hotelera también impactó drásticamente el medio ambiente, con pérdida de 77% de la selva; deterioro de 64% en la duda costera; y devastación en 68% de los manglares. Todas estas afectaciones están presentes desde que se creó el destino turístico, pero el problema se recrudeció en los últimos 20 años.

Además, con el dragado y relleno de algunas partes de la laguna Nichupté para dar pie a plazas comerciales, restaurantes y áreas residenciales de lujo, existe grave contaminación en el cuerpo de agua que rodea al corredor turístico.

La presidenta del Consejo Directivo Municipal del Movimiento Social en Pro de los Derechos del Pueblo, Katherine Ender Córdova, aseguró que de acuerdo a estudios realizados por biólogos, ambientalistas y urbanistas, ante el crecimiento exponencial de la zona hotelera de Cancún, la vida productiva de este centro turístico sería de tan solo diez años, si no se mitiga el impacto.

Detalló que las investigaciones muestran que en un destino turístico relativamente joven como es Cancún, se tiene un detrimento similar a una ciudad de 200 años, pues no se respetó el Plan de Desarrollo Urbano ante la avaricia de los inversionistas, la omisión de las autoridades ambientales, así como la corrupción de los gobiernos estatales y municipales, pues expidieron licencias de construcción y de cambio de uso se suelo a pesar del impacto que generaría al medio ambiente.

“Fonatur al ver el éxito que tenía Cancún no respetó el proyecto inicial, el cual proyectaba un destino turístico de bajo impacto y amplió el corredor con la venta de terrenos violando la normas ambientales, por ello el 85% del desarrollo en este polo turístico se hizo de manera impune a través del pago de multas y mochadas en dólares.”

Dijo que la paraestatal perdió el rumbo, ya que en lugar de invertir en infraestructura urbana y cuidar la imagen del destino, se dedicó a la venta de terrenos y sólo simula que atiende las necesidades de mantenimiento de la zona hotelera.

La activista aseguró que la realidad está a la vista de todos: una laguna con niveles de acidez muy altos que está causando mortandad de peces y provoca olores fétidos, en virtud de que ante el colapso de las plantas tratadoras de agua, los vertidos van directamente al cuerpo de agua.

Dijo que la laguna Nichupté tenía colores similares a los de Bacalar, pero conforme se fue contaminando, se volvió verdosa y ahora se aprecia en algunos puntos donde se cerraron los canales del flujo natural, la presencia de manchas espumosas, prueba inequívoca de la contaminación.

(Videos: Jazmín Ramos)

Lo más leído

skeleton





skeleton