“Ahora sí se puso la cosa buena”, como es muy tradicional escuchar en los andares mexicanos, sobre todo cuando, precisamente, la “cosa” está que arde o, al menos, es cotorra.

En este caso, la “cosa” se refiere a los tres principales partidos políticos de México: PRI, PAN y PRD, cada uno jalando por su lado en cuanto a la renovación de sus dirigencias nacionales. Por si no lo saben, distinguidos lectores(as), ahora se les metió el chamuco encima a estas tres entidades políticas y para prepararse mejor rumbo a las elecciones presidenciales de 2018, necesitan con urgencia líderes que los guíen, en un futuro nada lejano, al triunfo.

Vayamos por partes. El Revolucionario Institucional, trepado en el poder actualmente con Enrique Peña Nieto como mandatario nacional, procederá a elegir al sonorense Manlio Fabio Beltrones como su próximo dirigente en relevo del mexiquense César Camacho Quiroz, un tipo “ni fu, ni fa”, o sea, equis y que ocupará una legislatura federal, junto con la secretaria general del tricolor, la ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco, ambos beneficiados por el calor de Peña Nieto. Esta fórmula saliente, si bien obtuvo triunfos el pasado 7 de junio, no logró revertir una votación menos copiosa del PRI en las entidades donde hubo comicios.

Pero Manlio Fabio, ex gobernador de Sonora y hábil y experto negociador como diputado federal, fue el elegido por el presidente de la República para que ponga orden en un PRI que siempre tiende a desubicarse a la mitad del sexenio de sus anteriores administraciones por una simple razón: adelantar los potenciales sucesores del “jefe mayor”. Con Peña Nieto recuperando el Ejecutivo Federal para el PRI, ya empezó a darse dicha tendencia.

Dicen los expertos que Manlio no es del equipo de Enrique Peña, pero eso no importa cuando se trata de unir para ganar. Los potenciales “delfines” del presidente como Miguel Angel Osorio Chong, secretario de Gobernación, y Luis Videgaray, de Hacienda y Crédito Público, entre otros, pueden estar seguros que no la tendrán fácil de aquí a menos de tres años.

En cuanto al Partido Acción Nacional (PAN), el jaloneo está entre el queretano Ricardo Anaya y el norteño Javier Corral. El primero es un chavo que muy pronto se ha codeado con el poder, apoyado por Gustavo Madero, el verdadero poder panista y que será diputado federal para buscar, quizá, la candidatura presidencial en 2018. Corral es un pendenciero. Sólo eso.

Y en el PRD, las famosas “tribus” no saben qué hacer. El actual líder Carlos Navarrete puso su renuncia en la mesa.

PRIMERA CAIDA.- En el tricolor, por supuesto, Manlio Fabio y su compañera de fórmula Carolina Monroy serán los elegidos. No hay más. Todo lo demás es acarreo y actos preparados “ad hoc”.

SEGUNDA CAIDA.- Los panuchos, con seguridad, elegirán al joven Anaya y éste, a su vez, recibirá órdenes de Gustavito Madero. Una farsa.

TERCERA CAIDA.- ¿Quién querrá arriesgarse para ser el nuevo líder perredista? Sólo un loquito o un ingenuo. Drama.