A Carlos Slim no le importa ser segundo
Por 600 millones de dolares de diferencia el empresario le dejó el primer lugar a Bill Gates de los más ricos del planeta.
Ni tampoco le importaba (decía) ser el primero.
Por lo menos así le contestó en dos entrevistas hace pocas semanas al famoso Larry King.
Ayer Bloomberg anunció que Carlos Slim Helú dejaba el primer lugar en su Índice de Billonarios, y que por apenas 600 millones de dólares (mdd) de diferencia volvían a colocar a Bill Gates a la cabeza de las mayores fortunas del planeta.
“Nada”, contestó hace unos días Slim cuando King le preguntó qué sentía cuando lo presentan como ‘el hombre más rico del mundo’. “¿Lo sientes como un cumplido?”, le rebatió King, y Slim cortó con un duro “no”.
Entonces, ¿qué motiva al dueño de una cuenta de 72 mil 100 mdd a seguir trabajando? No, no conteste tan rápido, no es lo que usted y yo pensamos, no… no es el dinero. Slim dice que lo hace por vocación, por su vocación personal hacia lo números (aunque estos vengan dibujados en billetes). Su hobby son los negocios, las inversiones, las empresas, pero “mi meta no es hacer dinero”.
Las entrevistas de Slim con su amigo personal Larry King (casi las únicas a las que accede el empresario) parecen siempre coreografiadas. Ambos se conocen desde hace años, se saben las preguntas y las respuestas más atinadas.
Ayer Bloomberg justificaba los movimientos en su Índice afirmando que mientras la riqueza del fundador de Microsoft creció en 10 mil mdd en el último año, la de Slim perdió unos 3 mil mdd, mientras el Congreso mexicano aprueba una ley de telecomunicaciones que busca terminar con la dominancia de sus empresas.
Justo Larry King le preguntó sobre eso hace unos días:
—¿Tienes un monopolio?
—No. Mono es uno, y no soy el único en, por ejemplo, telefonía —capoteó Slim— (no por nada otro de sus hobbies es la crianza de toros de lidia). Como si hubiera ensayado esta respuesta cientos de veces, se enfocó en la semántica de la palabra y no en el peso que sus empresas tienen en, principalmente, el mercado mexicano. “Me gusta la competencia, la competencia te hace mejor”, dijo Slim.
“¿Eres un hombre feliz?”, le preguntó Larry, y del otro lado de la mesa no hubo ni un sí, ni un no. Carlos Slim solo explicó que para él la felicidad no es momento sino un camino o una manera de vivir.
Entonces, si no le importa lo que dicen de él, si no le importa hacer más dinero… Larry, tú que lo conoces bien, ¿crees que le importe ahora ser el segundo hombre más rico del mundo?
Twitter: @ba_anderson